Puertas que pasan desapercibidas, pasadizos secretos, salas subterráneas… son algunas de las características de los restaurantes más difíciles de encontrar del mundo. Salir a cenar puede ser una experiencia emocionante: perderse antes de comer puede convertir una excursión culinaria en toda una aventura.
Resulta gratificante sentarse a comer en un sitio cuando hace falta un GPS, una guía y estrujarse el cerebro para encontrarlo. Reservar mesa en uno de estos restaurantes clandestinos otorga una sensación de exclusividad, ya que muchos exigen una cuenta bancaria saneada.
Ronin (Hong Kong)
Una siniestra puerta negro mate que se funde perfectamente con su entorno es la única marca distintiva de esta joya oculta de Hong Kong. Ubicado en una tranquila callejuela en la parte más ajetreada de la ciudad, este izakaya sólo tiene 24 plazas y encontrarlo ha sido causa de desesperación para muchos foodies entregados, pero la verdadera recompensa se halla tras su gélido exterior. La cálida iluminación ambiental y los cómodos asientos, acompañados de una barra rústica hecha de madera japonesa de 150 años secada al horno, emanan lujo. La artística selección de whiskies raros se muestra en las botellas dispuestas sobre los estantes del bar y su exquisito menú de marisco se elabora con productos locales de aguas japonesas. El menú varía con frecuencia y los comensales reciben información detallada sobre el origen de cada plato: cangrejos, erizos de mar y anguilas ahumadas maridados con sakes de sabores complejos, cervezas artesanas, vinos y cócteles especiales.
Ronin
8 On Wo Lane, Ground floor
Sheung Wan, Hong Kong
La cena dominical de Jim Haynes (París)
Las legendarias cenas dominicales de Jim Haynes no son un secreto en realidad. Lleva más de 40 años celebrando banquetes en su ‘salon’ pero, en una ciudad poblada de incontables monumentos, es una experiencia única que ofrece la posibilidad de salirse del itinerario trillado. En el más autentico estilo bobo (bohemio) francés, una heterogénea muchedumbre de invitados (sobre todo expatriados y turistas) se reúne en casa de Haynes para pasar un divertida velada donde la buena comida y la conversación están garantizadas, todo ello aderezado con las anécdotas del anfitrión. Los comensales disfrutarán de un suministro continuo de vino y de la comida casera del chef invitado que cocine esa noche; con un precio de ‘admisión’ aconsejado de 30 euros, se trata de una de las cenas más económicas de la ciudad.
Atelier A-2
83, rue de la Tombe Issoire
75014, París
Frevo NYC (Nueva York)
La comida y el arte han estado ligados inexorablemente desde tiempo inmemorial, por lo que es lógico que este escondite esté literalmente oculto tras una pintura de una galería de arte de Nueva York. ¿El truco para encontrar este restaurante? Date una vuelta por la exposición en busca de la obra abstracta del artista francés Toma-L. Y, cuando estés ante el cuadro más grande de la galería (imposible pasarlo por alto), te encontrarás en Frevo. Este acogedor espacio sólo tiene 24 asientos y el menú es un delicioso batiburrillo, desde los sabores nítidos y limpios del marisco fresco a los ricos matices especiados del curry.
Frevo NYC
48 W. 8th St.
Nueva York
Derrière (París)
El “descarado” restaurante Derriѐre se encuentra justo detrás de un gastrobar en el corazón del popular barrio del Marais. Irónicamente, este restaurante secreto puede estar oculto a la vista, pero es donde la gente guapa va a ver y ser vista. El comedor pretende imitar un apartamento y su ecléctico diseño interior es precisamente eso; el breve menú de clásicos asequibles, como cordero asado y foie gras en ballotine, recuerdan a una cena dominical en casa de tu abuela (siemrpe que fuera una excelente chef francesa, claro).
Derrière
69 Rue des Gravilliers
75003 París
The Cave of Nikolas (Santorini)
Las vistas son insuperables: la caldera más famosa del mundo es el sueño de cualquier fotógrafo (o de los influencers de las redes sociales). Disfrutar de una comida contemplando el mar Egeo y siendo testigo de la famosa puesta de sol de Santorini es un poco rizar el rizo, pero es lo que consiguen los que cenan en esta cueva excavada por manos humanas. Originalmente, la cueva fue construida por un pescador para guardar su barco; más tarde lo convencieron a él y a su mujer para convertirla en una especie de restaurante improvisado para alimentar a los trabajadores locales. El menú actual aún incluye muchos de los platos originales: las albóndigas de tomate, la ensalada de habas, la moussaka, el cordero y el queso chloro (un queso especial hecho con leche de cabra difícil de encontrar en restaurantes) ofrecen una maravillosa incursión en la cocina griega.
The cave of Nikolas
Akrotiri 847 00
Grecia
The Marram Grass (Gales)
Las instrucciones para llegar a este restaurante galés suenan como las que recibirías para rescatar a la princesa de un cuento de hadas: hay que avistar una isla junto a la costa noroeste de Gales, cruzar el puente que la une a la península, hacer una pequeña excursión al pueblo de Newborough y una vez allí dirigirse al cobertizo que alberga el restaurante. Igual que en un cuento de hadas, hay una recompensa por seguir correctamente las instrucciones: en este caso, ostras frescas como la brisa marina, la langosta del cercano estrecho de Menai y productos isleños. No te preocupes si no encuentras este restaurante oculto inmediatamente: los vecinos estarán encantados de indicarte el camino al orgullo del lugar.
The Marram Grass White Lodge
Niwbwrch, Pen-lôn, Llanfairpwllgwyngyll LL61 6RS
Reino Unido
Hop Sing Laundromat (Filadelfia)
Técnicamente, Hop Sing es un bar, no un restaurante. La prosaica puerta de este sitio de moda está protegida por una verja metálica y no sólo los locales lo adoran: fue votado como uno de los mejores bares del mundo por Condé Nast Traveler en 2015, gracias al catalogo de cócteles artesanales e inventivos que los barmans no paran de servir. Hop Sing es el epítome de todo lo que los filadelfianos aman: servicio hosco, normas estrictas y un dueño excéntrico. El hermoso interior cubierto de papel estampado rojo sangre, los eclécticos mueblesy los candelabros propios de una mansión encantada que decoran las mesas arrojan una sombra misteriosa sobre el lugar: resulta tentador ponerse a sacar fotos, pero no es buena idea. Su huraño propietario, Lê, que ha asumido la identidad cómica de un falso dictador, ha prohibido cámaras y móviles y ha impuesto un estricto código de vestimenta (a menudo aleatorio). Para evitar encontronazos con los porteros, sigue las normas y disfruta de una de las mejores copas de la ciudad (y, si te quedas con hambre después de beber, puedes dirigirte a uno de las restaurantes de tallarines cercanos en Chinatown).
Hop Sing Laundromat
1029 Race St.
Filadelfia, PA 19107
Figures (Toronto)
Nunca juzgues un libro por la cubierta, especialmente si se trata de la cubierta de un cómic. Este restaurante secreto está en la parte de atrás de una tienda de comics, pero la comida no es la que tu mente o paladar podrían imaginar. Este speakeasy rinde homenaje a personajes de comic con elegantes obras de arte: el Comecocos persigue fantasmas en el techo mientras una Wonder Woman muy particular luce un bolso Gucci (y la verdad es que pega con los preciosos brazaletes que lleva en la muñeca). El chef lleva el tema de la creatividad al plato con tapas y raciones para compartir. Puré fucsia fosforescente de remolacha cubierto de tartar de remolacha amarillo y rojo y carpaccio de remolacha finamente cortado. Una pequeña croqueta de queso de cabra corona a la perfección este potente plato vegetariano. El siempre cambiante menú abarca todo tipo de platos, desde pasteles de cangrejo y ostras saladas a ñoquis rellenos y pierna de cordero estofada.
Figures
137 Avenue Rd, Toronto, ON M5R 2H7
Canadá
Cookies Cream (Alemania)
Todo lo relativo a este restaurante alemán secreto es ligeramente confuso. El nombre induce a pensar que podría tratarse de una heladería (no lo es) y la ubicación sugiere que está en un muelle de carga (tampoco). De hecho, este moderno restaurante vegetariano ofrece platos complejos que desafían la mayoría de las ideas sobre la cocina vegetariana de vanguardia; la comida es una mezcla híbrida de tradición con enfoques y técnicas futuristas. La cocina es de ensueño, pero encontrarlo puede ser una pesadilla. Hay que cruzar el centro de Berlín y pasar junto a una hilera de cubos de basura pestilentes; una lámpara de techo te indicará que has llegado. Pero aún no podrás respirar tranquilo: tienen que dejarte pasar. El espartano exterior deja paso a un exquisito bar victoriano (con terciopelo por todas partes) antes de subir por unas escaleras al auténtico restaurante. El piso superior es moderno y sofisticado, al más puro estilo berlinés.
Cookies Cream
Behrenstraße 55, 10117 Berlín
Alemania
Sushi by Buo Suite 1001 (Nueva York)
Los restaurantes de hotel no son nada nuevo, pero dentro de una habitación de hotel… es otra historia. Cenar sushi en este speakeasy de apenas 15 m2 es sólo parte del encanto; encontrarlo es la otra. Tras reservar (imprescindible reserva), los comensales reciben la llave de una habitación anónima en la planta 10ª. La minúscula habitación alberga una cómoda sala de estar equipada con una máquina expendedora de sake y un sushi bar con 2 asientos donde la oferta de omakase (platos seleccionados por el chef) facilita la difícil elección: para una experiencia particularmente exquisita, hay que probar su cremoso erizo. Los invitados que padezcan claustrofobia pueden tomarse una copa en el bar de la terraza de 50 m2, donde disfrutarán de las vistas del Empire State.
Sushi by Buo Suite
Hotel 3232, 32 E 32nd St., Suite 1001
Nueva York
Kachi Lodge (Bolivia)
Kachi Lodge es un proyecto sostenible en el inhóspito salar de Uyuni en Bolivia. Ubicado a 3.656 metros sobre el nivel del mar, Uyuni es sin duda un destino popular en la ruta de viajes de Sudamérica por sus hermosos paisajes blancos como la nieve, sus lagos de agua dulce, sus maravillosas puestas de sol, sus volcanes y sus bandadas de flamencos. Al frente del restaurante Proyecto Nativa, Juan Pablo Gumiel fusiona de manera brillante sabores locales e influencias internacionales, seleccionando los mejores productos orgánicos, cultivados localmente.
Los platos elaboran un viaje gastronómico único a través de la rica biodiversidad de Bolivia.
Proyecto Nativa, Kachi Lodge
Jirira, Salar de Uyuni
Bolivia