La hermana pequeña del mango, la prima olvidada del aguacate. ¿Por qué, a diferencia de otras frutas exóticas que han llegado a nuestro país, la papaya no ha alcanzado una popularidad tan arrolladora?
¿Es solo una cuestión de distribución o tiene algo –la forma, la textura, las semillas– que nos hace rehuir de ella? Sea lo que sea, vale la pena superar el recelo y descubrir cómo se come la papaya, del corte a las recetas.
Qué es la papaya
La papaya crece en unos árboles de poca altura originarios de América Central –en México se denominaba chichihualtzapotl, «fruta nodriza»–, ahora extendidos por toda la franja tropical, especialmente en Filipinas, donde es muy popular. Sus frutos presentan una forma oblonga y tienen un color que va del verde al amarillo, al naranja y al rosa, y aunque pueden alcanzar los 9 kilos, para ser comercializados no pueden pesar más de 500 o 600 gramos, por razones obvias.
Los beneficio de la papaya
La papaya contiene papaína, una enzima proteolítica que favorece la digestión de las proteínas, por lo que está muy indicada para quienes sufren de gastritis o problemas digestivos (es aconsejable consumirla antes de las comidas para introducir de inmediato las enzimas necesarias).
Pero este no es el único beneficio que debería empujarnos a comer papaya. Auténtica mina de vitaminas, sobre todo A y C, contiene también fibras, antioxidantes y potasio. ¿Que para qué sirven todos estos nutrientes? Entre otras cosas, la papaya ayuda a drenar el exceso de líquidos y toxinas, desarrolla una acción antiinflamatoria y purificante para el organismo en general y para la piel en particular y, por su contenido de vitamina A, proporciona una protección natural contra las enfermedades oculares. Además, gracias a los azúcares y minerales, es una excelente recarga de energía, sobre todo en periodos de estrés.
Contraindicaciones del consumo de papaya
Ya vimos que la papaya tiene muchísimas propiedades benéficas. Sin embargo, hay algunas cosas que es necesario saber. Como mencionábamos antes, la papaya contiene un tipo de látex, que hace que pueda ser peligrosa para aquellas personas que tienen alergia al látex. Además, y como con cualquier alimento, es necesario no excederse en su consumo, ya que su alto contenido de vitamina C puede hacer que resulte tóxica en altas dosis. La papaya puede potenciar el efecto anticoagulante de determinados medicamentos específicos para tal fin, por lo que las personas que estén en tratamiento con este tipo de fármacos o que se sometan a cirugías deberían abstenerse de consumir esta fruta.
Cómo se corta la papaya
Antes de nada, la papaya se pela (la cáscara se separa sin problemas), se corta por la mitad y con una cucharilla se vacían las semillas negras.
A continuación se recomienda lavarla bien y exprimir sobre la pulpa el zumo de un limón o de una lima, porque el ácido cítrico acentúa el sabor de la fruta. Aquí puedes ver un vídeo que explica cómo se corta la papaya:
Recetas con papaya
Si no te basta con una simple macedonia, haces bien: las alternativas para comer papaya son mucho más interesantes. Para empezar, cortada en trozos y enfriada en el congelador se convierte en la base de unos deliciosos licuados o batidos.
Se presta muy bien, igual que la piña, para cualquier receta de bizcocho o tarta, en parte porque su sabor naturalmente dulce ayuda a usar menos azúcar en la preparación. ¿Quieres probar? No te pierdas estas recetas de postres con papaya.
Pero lo que de verdad tienes que probar es la papaya en versión salada. En Tailandia es muy popular la ensalada de papaya: finas tiras de la fruta cruda (por lo general se usa la variedad verde) mezcladas con cacahuetes, guindilla, lima, tomatitos y su tradicional salsa de pescado.
Otra idea original es la salsa de papaya, que se obtiene batiendo la fruta con guindilla. Un aderezo picante e irresistible para cualquier plato de carne y pescado.