Si hay un ingrediente que tiene miles de usos, ése es el coco. Esta superfruta multiusos, de la que comemos su pulpa y su agua, es conocida por sus propiedades nutricionales; se puede consumir fresca, seca, en crema, convertida en harina o aceite e incluso en forma de leche de coco. Además, el coco - así como muchos aceites vegetales - se utiliza también en numerosos productos de belleza y para la higiene y la limpieza del hogar.
Es posible que la mantequilla de coco sea la versión menos conocida del coco, sobre todo para su uso en la cocina, aunque es muy versátil: una deliciosa crema para untar sobre pan tostado o un arma secreta que se puede utilizar como espesante de platos de curry, salsas o postres. Pero, ¿cómo se prepara la mantequilla de coco casera?
Cómo preparar mantequilla de coco en casa
Preparar la mantequilla de coco en casa es muy sencillo: sólo hace falta un poco de coco rallado y un robot de cocina o una batidora. Introduce al menos 400 g de coco rallado en la batidora (si usas menos cantidad harán demasiada fricción contra las cuchillas y no podrás hacer la mantequilla), añade aromas a tu gusto y bátelos hasta obtener una crema para untar.
El coco suelta aceite de forma natural al trabajarlo con las cuchillas y esto ayuda a que se forme la pasta. Si los copos están demasiado secos, prueba a meterlos en la parte baja del horno unos 5-10 minutos para que suelten aceite o añade 1-2 cucharadas de aceite de coco en la batidora.
La mantequilla de coco no tiene lactosa ni azúcar (a menos que se le añada algún endulzante) y es vegana y absolutamente deliciosa. Para hacer mantequilla de coco cruda, asegúrate de comprar copos de coco crudos que no hayan estado expuestos al calor, sino que se hayan secado de forma natural. Si te apetece una versión dulce, puedes añadir granos de vainilla, cacao o canela o endulzarlo con miel o sirope de arce, si lo deseas, aunque los azúcares naturales del coco le aportan un agradable sabor dulce de por sí.
La mantequilla de coco es un complemento perfecto de magdalenas, gofres y helados y se puede mezclar con avena o fruta. También se puede añadir directamente a la masa de bizcochos o brownies para darles un aroma realmente especial. Para una opción salada, prueba a añadir una pizca de sal marina o especias a la preparación: el comino, el cilantro y la pimienta negra son algunas sugerencias deliciosas. También puedes mezclar la mantequilla de coco con una cucharada de curry para aderezar un guiso o una sopa o bien añadirle zumo de lima a tu mantequilla de coco casera y usarla para maridar pollo o pescado.
¿Cuál es la diferencia entre el aceite de coco y la mantequilla de coco?
Aunque tanto el aceite como la mantequilla de coco se hacen con el fruto del coco, en realidad son muy diferentes. El aceite de coco se hace exprimiendo la pulpa del fruto, mientras que la mantequilla es toda la pulpa, incluyendo el aceite. No te dejes engañar por el hecho de que el aceite de coco se solidifique fácilmente a temperatura ambiente, como la mantequilla de coco: se volverá a derretir rápidamente si se expone al calor.
El aceite de coco también tiene un sabor a coco más delicado. En cambio, la mantequilla de coco tiene un sabor muy marcado, no se derrite y mantiene íntegras todas sus fibras, grasas y las sustancias nutritivas del fruto.
¿Cómo elegir entre aceite de coco y mantequilla de coco? Depende del uso que le quieras dar. Por ejemplo, si sólo quieres añadirle sabor a coco a una receta, puedes optar indistintamente por uno u otro. Si hablamos más bien de una aplicación estructural, como espesar una sopa u hornear algo, la mantequilla de coco es la mejor opción. En cambio, si quieres sofreír verduras o carne, elige el aceite de coco, ya que la mantequilla se quema con mucha facilidad.
¿De qué está hecha la mantequilla de coco?
La mantequilla de coco no es más que coco seco que se bate hasta formar un puré denso. Es muy parecida a la crema de coco, pero ésta se prepara con copos de coco deshidratados que se comprimen hasta formar un bloque compacto.
Cómo conservar la mantequilla de coco hecha en casa
Aunque la mantequilla de coco suele prepararse con coco deshidratado ya estable, normalmente se conserva hasta un año a temperatura ambiente.
No hace falta refrigerar la mantequilla de coco: asegúrate sólo de conservarla en un recipiente o un frasco hermético, de forma que no entre aire ni otros elementos externos.