Es primavera, anímense: es hora de cocinar la achicoria.
Las flores celeste de Cichorium Intybus salpican los prados, mientras que las hojas salpican de verde nuestras mesas. Pero ¿cuántos de nosotros podríamos considerarnos expertos en el uso de la achicoria en la cocina, más allá de un simple salteado en sartén con aceite, sal y pimienta?
Qué es la achicoria
La achicoria, también conocida como escarola, es una planta herbácea perenne de la familia de las asteráceas, originaria de Europa y Asia. Actualmente, se cultiva en todo el mundo, tanto por su raíz, que se utiliza para la elaboración de sucedáneos del café, como por sus hojas, que se consumen tanto frescas como cocidas.
Las hojas de la achicoria son de color verde oscuro, de forma ovalada con bordes dentados. Tienen un sabor amargo característico, que se debe a la presencia de lactonas sesquiterpénicas, como la lactucina. La raíz, por su parte, es blanca y gruesa.
La achicoria es una buena fuente de vitaminas, minerales y fibra, y es conocida por sus propiedades medicinales: se utiliza para tratar problemas digestivos, hepáticos, renales y urinarios.
Cómo limpiar la achicoria y quitarle el amargor
En primer lugar, debemos eliminar las hojas marchitas y las puntas duras. Lavarla con abundante agua corriente. El siguiente paso será eliminar el amargor, que se debe a la presencia de ácido cicórico que caracteriza esta verdura y que podría dificultar su consumo por parte de muchas personas: en el siguiente vídeo te explicamos cómo hacerlo.
Propiedades de la achicoria
Estimula el apetito y ayuda a la digestión. Tiene un efecto purificador y desintoxicante que contribuye al buen funcionamiento del intestino, el hígado y los riñones. Contiene muchas vitaminas y sales minerales. ¿Quién diría que la achicoria es tan saludable? De hecho, las raíces se utilizan mucho en la medicina herbaria, tanto en decocciones como en infusiones.
¿Necesitas más razones para aprender a cocinar la achicoria?
No hay que olvidar que el ácido cicórico es un sustituto de la cafeína y que las raíces, después de tostarlas, pueden utilizarse para preparar el café de achicoria, considerado hasta hace poco como un símbolo de la pobreza (se bebía durante la Segunda Guerra Mundial a falta de café "verdadero"), está siendo redescubierto por los locales y las tiendas hipster.
Recetas con achicoria
"Ripassata" a la romana
Vamos a las cosas interesantes. Si el arte culinario no es lo tuyo siempre puedes cocinar achicoria limitándote a una simple sartén para preparar achicoria salteada "ripassata" a la romana: una guarnición que se prepara de forma sencilla y muy rápida, salteando las hojas con ajo, aceite y guindilla.
Imagen Expo worldrecipes
Puré de habas y achicoria
Pero si te sientes con ganas de atreverte un poco más (nos damos cuenta de que es un concepto relativo, refiriéndonos a la achicoria), vamos a otra región de Italia, Apulia, y experimentemos el puré de habas y achicoria. Será suficiente preparar un simple puré de habas que equilibrarán bien el sabor amargo de la achicoria, acompañado en el momento de servir con la achicoria salteada en la sartén.
Sopa de achicoria con patatas
Otras recetas tradicionales son la sopa de achicoria y garbanzos o la sopa de patatas y achicoria. Para ambas no necesitarás mucho más que legumbres, tubérculos, caldo (de verduras si quieres hacer una receta vegana) y las especias que prefieras. Otra buena variación es la del vídeo que te presentamos aquí arriba, con lentejas y aromas. Casi demasiado bueno para ser cierto, ¿verdad?
Achicoria con pasta
No, por supuesto que no nos olvidamos de la pasta. Aquí tienes una excelente receta de la pasta con un poquito de picante que siempre queda bien.
Tarta salada de achicoria
Imagen Donnaclick
Muy populares en Internet son los rollos y las tartas saladas rellenos de achicoria. Fantasía y simpleza: un embutido, por ejemplo mortadela, cortado en cubitos y un espolvoreado de queso Parmigiano serán suficientes para dar sabor a la achicoria y convertirla en un relleno apreciado incluso por los menos acostumbrados a ver todo ese verde en la mesa. Astucia principal: secar bien la verdura después de cocerla, para evitar que se humedezca demasiado el envoltorio de hojaldre.