De este producto se consumen más de 750 millones de toneladas al año: eso es mucho, muchísimo, y sin embargo, de la harina, sabemos muy poco.
4 son las grandes familias de harinas, cuyos nombres derivan del tipo de vegetal del que proceden. Existen pues las harinas de cereales (trigo, maíz, arroz, espelta, mijo, teff, centeno, atta y tang), las de no cereales (moringa, trigo sarraceno, cáñamo, quinoa, amaranto), de leguminosas (soja, habas, garbanzos, guisantes, alubias) y las féculas (patata, castañas, maicena, tapioca). Habría que contar además las denominadas «harinas raras», aunque prácticamente hayan dejado de utilizarse: espadaña, taro y bellota.
2 son los tipos principales de harina cuando no especificamos su origen: la de trigo blando, derivada del Triticum aestivum, y la de trigo duro, derivada en cambio del Triticum durum. En realidad, en el segundo caso, el paquete indica que se trata de sémola y por eso, cuando se habla de harina a secas se entiende que nos referimos a la de trigo blando.
5 son los distintos niveles de «pureza» de la harina: harina de repostería, harina panadera (o para todos los usos), harina de media fuerza, harina de fuerza (o de gran fuerza) y harina integral. La harina de repostería se conoce también como «harina de flor» y está tan refinada que contiene solo la parte interior del grano. Después, según la proporción de salvado presente, se obtienen los demás niveles, hasta llegar a la integral, que se produce eliminando solo un pequeño porcentaje de salvado en la molienda de los granos.
755 millones son las toneladas de harina que se producen cada año a nivel mundial. En el primer puesto de la clasificación de productores está la Unión Europea, con un total de 150 millones de toneladas aproximadamente. Le sigue de cerca China (134,3), después la India (98,5), Rusia (85,9), Estados Unidos (47,3), Francia (36,9), Australia (31,8), Canadá (39), Pakistán (26,7) y Ucrania (26,2).
130 son los millones de toneladas de harina consumidas en la Unión Europea, que es la primera región del mundo por consumo, seguida por China, con sus 120 millones, mientras que la India aparece de nuevo en tercera posición, con un consumo anual de cerca de 95 millones de toneladas. Los Estados Unidos se quedan a las puertas de este podio con un consumo de 60 millones de toneladas.
3 son las fases principales de la producción de la harina. Una vez que se tienen los granos, se lleva a cabo la limpia para eliminar paja, tierra, polvo y granos de otros cereales. A continuación, los granos pasan al acondicionado, que consiste en humedecerlos para ablandar su cáscara y facilitar así la separación del salvado. Por último, la molienda, cuando los granos pasan a través de unos cilindros rotatorios. Esta fase se puede repetir varias veces, en función del tipo de harina que se quiera obtener.
2400 son los molinos industriales presentes en la Unión Europea, el territorio con mayor actividad en este sector. De estos, 416 están en Francia, 410 en Polonia, 300 en Rumanía, 233 en Italia y 212 en Alemania. En 1990, los molinos industriales censados eran más de 5000.
366 kcal es el valor energético de 100 gramos de harina flor. En la misma cantidad tenemos también 9,71 gramos de proteínas, 76,22 gramos de hidratos de carbono, 1,48 gramos de grasas y 2,4 gramos de fibra. En cambio, en 100 gramos de harina integral, que generan 340 kcal, hay 13,21 gramos de proteínas, 72 gramos de hidratos y 2,5 gramos de grasas.
125 gramos de harina flor son suficientes para preparar 12 deliciosas tortitas para acompañar con mermeladas, siropes, cremas y fruta fresca. Se necesitan además 25 gramos de mantequilla, 2 huevos, levadura para postres, 200 gramos de leche fresca entera y 20 gramos de azúcar. Derrite la mantequilla a fuego lento y únela, tibia, a las yemas que mientras tanto habrás batido (reservando las claras). Mezcla bien y luego añade a hilo la leche removiendo con un batidor de varillas. A parte, mezcla la levadura con la harina y une la mezcla al recipiente con la mantequilla y los demás ingredientes. A parte, monta las claras con el azúcar y luego une esta mezcla con lo demás, removiendo delicadamente. Calienta una sartén antiadherente y empieza a verter la masa a cucharadas; espera hasta que se cocine. Sírvelas con lo que más te guste y tendrás un desayuno magnífico.