Pitaya, pitahaya o fruta del dragón: llámala como quieras, pero empieza a hacerle sitio en tu cocina porque esta fruta exótica es una de las tendencias gastronómicas del momento. No te sorprendas, pues, si un buen día en tu macedonia aparece este curioso fruto procedente de tierras lejanas.
¿Dónde crece la fruta del dragón? Presente en muchas partes de Asia, la pitaya viene de una familia de cactus nativa de México que se encuentra también en Brasil y en toda América Central y del Sur. Es muy fácil de reconocer por su intenso color rosa-rojo y por las escamas de su cáscara, y en España comienza a ser habitual verla en tiendas de alimentación con secciones especializadas en frutas y verduras exóticas.
En cuanto a las variedades, existen más de 25, que pueden dividirse entre las que pertenecen al género Hylocereus o Selenicereus, que se cultivan comercialmente en todo el mundo y llevan el nombre de “pitahaya”, y las que pertenecen al género Stenocereus, menos comunes, que se cultivan en América del Sur y llevan el nombre de “pitaya”.
Las más comunes son la pitaya roja de pulpa blanca, la pitaya roja de pulpa roja y la pitaya amarilla, también de pulpa blanca, pero más resistente y dulce que las otras dos.
Las propiedades de la pitaya
Ahora que hemos averiguado el origen de la pitaya y hemos visto la enorme cantidad de variedades que existen, vamos a descubrir por qué es una fruta que conviene conocer más a fondo.
Al igual que otras frutas exóticas, la fruta del dragón puede considerarse a todos los efectos un superalimento por su concentración de vitaminas A, B y C, en particular de vitamina B1, responsable de transformar los azúcares en energía para el organismo. Todo esto con poquísimas calorías, unas 40 por cada 100 gramos.
¿A qué sabe la pitaya?
La pulpa de la fruta del dragón es blanca y carnosa, está repleta de pequeñas semillas negras que recuerdan a las del kiwi, y tiene un sabor fresco y delicado.
Estacionalidad y conservación
La variedad amarilla puede encontrarse en España entre enero y marzo, y luego de junio a septiembre, mientras que la variedad roja solo se encuentra entre junio y agosto.
Para conservarla en casa, se recomienda tenerla en un lugar fresco y alejada de fuentes de calor y luz solar directa. No es necesario colocarla en la nevera para conservarla, pero es una buena opción enfriarla un rato antes de consumirla.
Cómo se come la fruta del dragón
A pesar de su aspecto un poco intimidante, la pitaya es fácil de preparar. Solo hay que cortar la fruta en cuartos o en rodajas, pelarla y usar la pulpa. Si tienes hambre y quieres una solución aún más rápida, córtala por la mitad y cómete la suave pulpa directamente con una cucharita.
En este vídeo no solo se explica cómo pelar una pitaya, sino que además se propone una idea buenísima para aprovechar la piel: por su color carmesí y su textura única puedes secarla y utilizarla en distintas manualidades, como el decoupage, o en decoraciones no comestibles para tus platos.
Cómo se cocina la fruta del dragón
A menudo su presencia en la cocina se limita a la decoración de los platos, pero esta fruta da lo mejor de sí en la preparación de postres y bebidas.
Su uso más intuitivo es, evidentemente, en postres como helados o macedonias, y es muy interesante también la mermelada de fruta del dragón.
Comer una pitaya simplemente con unas gotas de zumo de limón y acompañada de otras frutas exóticas como el lichi, el mango y la papaya es una brillante idea para un tentempié cargado de vitaminas y energía.
Otro de los usos más comunes es como ingrediente de licuados o smoothies, como el que tienes aquí abajo a base de fruta del dragón y sandía.
La fruta del dragón es ideal también en ensaladas y como acompañamiento para platos de pescado y marisco.
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