El durian (a veces también llamado durión) es una fruta originaria de Indonesia, Malasia y Brunei que se encuentra presente en todo el sudeste de Asia, siendo muy popular en Singapur, Tailandia y Malasia. Su nombre deriva de la palabra “duri”, que en malayo significa “espinas” y hace referencia a su cáscara recubierta de pinchos.
El durian se caracteriza, por tanto, por ser una fruta espinosa, para cuya manipulación se requiere el uso de guantes, y también por ser una fruta sulfurosa, es decir, especialmente maloliente, tanto como para ganarse el apelativo de “fruta más apestosa del mundo”.
No obstante, el durian es capaz de levantar pasiones gracias a su sabor intenso y su textura cremosa. Quien se atreva a probarlo, descubrirá en su interior una pulpa dulce y cremosa, cuya textura es parecida a la del aguacate y cuyo color puede ir del amarillo o amarillo pálido hasta el rosa o naranja. De hecho, existen muchas variedades y especies de durian, cada una con sus peculiares características y un sabor dulce más o menos intenso, que puede llegar a tener un punto de amargura. En Asia constantemente aparecen nuevas variedades híbridas, principalmente como resultado de los concursos que se celebran anualmente con el fin de lograr el mejor durian del mundo.
Es que el durian es un producto estrella en los mercados del sudeste asiático, donde se le conoce como “el rey de las frutas”, pese a que los puestos en los que se vende deben situarse en el exterior para no contaminar los demás productos con su desagradable olor.
Las investigaciones sobre tan peculiar aroma han llegado a identificar 50 componentes químicos complejos, cuya mezcla letal sería la responsable del olor desprendido por el durian. Para que nos hagamos una idea, el célebre Instituto Smithsonian definió su olor como “trementina y cebolla combinado con un calcetín usado en el gimnasio”.
Por otra parte, se suele describir el sabor de su carnosa pulpa como una mezcla de crema, fresas y caramelo, una exquisitez que generalmente se consume fresca o puede hervirse con azúcar o agua de coco para conseguir una pasta dulce, que se emplea para dar sabor a los helados. La pulpa se puede desecar, hacer en conserva o en almíbar. Puede usarse en la cocina en elaboraciones dulces y, en menor medida, saladas. Quizás el plato más famoso sea el helado de durian en pan de molde, que es un símbolo de Singapur.
Las semillas también son comestibles y pueden consumirse asadas, fritas o hervidas y, una vez machacadas, pueden emplearse en varias preparaciones.
El durian es muy apreciado también por sus cualidades nutritivas, ya que es rico en fibra, vitaminas y minerales. Está incluido en la lista de los “superfoods” e incluso hay quien lo considera como la fruta más nutritiva del mundo.
Sus raíces, cortezas y hojas se utilizan con fines medicinales.
¿Cómo es esta fruta tan peculiar?
El durian crece en los árboles tropicales que reciben el mismo nombre, y cuyo nombre científico es Durio Zibethinus. Son árboles longevos y de gran altura, que pueden florecer hasta dos veces al año y producen frutos de gran tamaño, oblongos, de color verdoso y con una cáscara dura y repleta de espinas. El interior consta de cinco compartimentos, que contienen las semillas de color marrón rojizo.
Se trata, entonces, de una fruta muy peculiar tanto por su llamativo aspecto como por su inaguantable olor. Muchas de las personas que deciden probarla deben hacerlo aguantando la respiración porque el hedor es insoportable.
¿Por qué el durian huele tan mal?
Un equipo internacional de investigadores, al descifrar el mapa genético completo del durian, logró identificar la fuente de su penetrante olor.
El estudio, publicado en la revista Nature Genetics, reveló que el genoma del durian comprende aproximadamente de 46.000 genes, casi el doble que en el caso de los humanos, detectando, asimismo, un grupo especial de ellos, llamados MGL (metionina-gamma-liasas), que regulan la producción de compuestos de olor que se conocen como “VSC” (compuestos volátiles de azufre). Estos compuestos explican porque muchas personas describen el olor del durian como de tipo "sulfuroso".
Un dato curioso que dicho estudio también reveló es que su antecesor más cercano es nada menos que el cacao.
En último, se destaca la importancia de los VSC a la hora de atraer a ciertos animales, como el orangután, para que coman esta fruta y dispersen sus semillas en otras zonas.
¿Cuál es su valor nutricional del durian?
Valor nutricional (por 100 gramos):
Calorías: 147 kcal
Proteínas: 1,47 g
Fibra: 3,8 g
Grasas: 5,33 mg
Calcio: 6 mg
Esta fruta es rica en vitamina C, betacarotenos, riboflavina, niacina y ácido fólico. En cuanto a los minerales, contiene calcio, potasio, fósforo, hierro, magnesio, sodio y zinc. También es rica en polifenoles y flavonoides.
Por tanto, gracias a todas estas propiedades, el durian ayuda a regular la presión arterial, ayuda a fortalecer los huesos y músculos y a la producción de glóbulos rojos en la sangre, reduce la inflamación, protege la mucosa del colon, alivia las migrañas, combate el insomnio, ayuda a combatir la anemia, ayuda a mejorar la memoria, y funciona como afrodisiaco. Además, posee grandes propiedades antibacterianas, antifúngicas y antimicrobianas.
Visto lo visto, no es de extrañar que se le considere un “superfood”. El único aspecto a tener en cuenta es su contenido en grasas.
Prohibido en el transporte público
Por su penetrante olor, esta fruta está prohibida en cualquier transporte público de Singapur, país donde ni siquiera los taxistas se atreven a llevar a los usuarios que transporten esta fruta consigo. En Tailandia, Hong Kong y Japón está prohibida en muchos tipos de transporte público.
Cómo comer durian
Si vas a abrir un durian, lo primero es ponerte guantes. A continuación, con un cuchillo afilado corta el tallo y una pequeña tajada de la parte superior de la cáscara. Después, localiza y corta las uniones colocando los dedos a cada lado de la abertura y tirando de las uniones en direcciones opuestas. Una vez que hayas abierto la cáscara, sus secciones se desprenderán en gajos y dentro de cada uno de ellos, habrá una vaina de fruta. Corta las partes fibrosas que unen la vaina a la cáscara y retira la fruta. Ahora podrás desprender trozos de las vainas con facilidad y comer la fruta con las manos. Dentro de cada vaina de pulpa, encontrarás una semilla, la cual no es comestible. Retírala o come bordeándola.
Y si aún no estás convencido, en este video podrás ver lo fácil y placentero que resulta abrir y comer un durian con tus propias manos.
Si quieres descubrir un uso alternativo del durian, echa un vistazo a este vídeo y descubre el whisky durian.