Uno de los principales problemas de los paneles solares es que la luz del sol no es constante, por lo que los paneles estándar sólo generan energía el 15-20% del tiempo. Otro gran problema al que se enfrenta la humanidad en su conjunto es la cantidad de alimentos que se desperdician, lo que provoca el agotamiento de la biodiversidad y la pobreza alimentaria.
Carvey Ehren Maigue, de la Universidad de Mapua, Manila (Filipinas), está ayudando a resolver simultáneamente ambos problemas con su invento AuREUS (Aurora Renewable Energy and UV Sequestration), un panel solar obtenido de restos de frutas y verduras capaz de generar energía hasta el 50% del tiempo.
Cuando la película del panel recibe el impacto de la luz solar (UV), las partículas absorben y reemiten luz visible a lo largo de los bordes por la reflectancia interna. Las células fotovoltaicas se colocan a lo largo de los bordes para capturar la luz visible emitida. La luz visible captada se convierte en electricidad de corriente continua. Los circuitos reguladores procesan la tensión de salida para cargar la batería, almacenar energía o alimentar directamente de los aparatos.
Aprovechando las partículas luminiscentes de frutas y verduras, la parte de la planta que convierte los rayos ultravioleta invisibles en luz visible, Maigue ha creado AuReus, una película solar que se aplica a ventanas o fachadas para generar electricidad. Estos paneles aprovechan la luz solar indirecta, como la que rebota en las paredes o las aceras, y la convierten en energía. Esta innovación le valió a Maigue el primer premio a la sostenibilidad en el marco de los premios James Dyson de 2020.
Otro aspecto sostenible del invento es que Maigue obtiene los restos de frutas y verduras de granjas y empresas agrícolas que se han visto afectadas por el cambio climático. Las cosechas que se han echado a perder por catástrofes climáticas severas no pueden comercializarse como alimento, por lo que cosecharlas de esta forma reduce el desperdicio de alimentos a la vez que proporciona unos ingresos muy necesarios para las comunidades agrícolas.
"Tenemos que utilizar más nuestros recursos y crear sistemas que no agoten nuestros recursos actuales", afirma Maigue. "Aunque AuREUS pretende generar electricidad a partir de recursos naturales, también quiero demostrar que, aunque queramos ser más sostenibles, esto no sólo beneficiará a las generaciones futuras, sino también nosotros, la actual. Con AuREUS reciclamos las cosechas de los agricultores afectados por catástrofes naturales, como los tifones, que también son un efecto del cambio climático. De este modo, podemos mirar hacia el futuro y resolver problemas que ya estamos experimentando".
Esta innovación forma parte de una nueva ola de aplicaciones que utilizan los residuos de alimentos, como el cuero Mylo de Bolt Threads, utilizado en todo el mundo como alternativa vegetal al cuero de piel animal y a las fibras sintéticas.
Por supuesto, el desperdicio doméstico de alimentos sigue siendo uno de los principales responsables y es mucho lo que podemos hacer para reducir los desperdicios y las sobras que generamos en casa. Pero hasta el 15% de los productos cultivados en las granjas no salen de ellas y acaban pudriéndose en el campo o en el vertedero. Con las limitaciones de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra agrícola, esta cifra podría aumentar drásticamente, ya que hay gente en todo el mundo pasando hambre. Una solución innovadora como AuREUS podría suponer una oportunidad para resolver múltiples problemas al mismo tiempo con el enfoque adecuado.