Después del bogavante y la langosta, hay otra comida con la que pueden tropezar hasta los amantes de la buena mesa más expertos: los caracoles o escargots. Este famoso plato de la cocina francesa se come en realidad desde hace muchísimo tiempo: se pueden encontrar registros de su consumo ya desde la época del Imperio Romano, donde incluso los criaban para comerlos. Se sabe que tanto para los romanos como para los griegos, este alimento tenía propiedades afrodisíacas. El primer recetario del que se tiene conocimiento, De re coquinaria, incluía una receta para preparar este plato: primero había que purgar los caracoles en leche varios días, para luego asarlas o freírlos en aceite. Si bien durante el siglo XVII perdieron popularidad porque se lo consideraba un plato de campesinos, volvieron a recuperar protagonismo en la cocina en el siglo XIX, con la receta de los escargots à la Bourguignonne, invención del chef del príncipe de Tayllerand, Antonin Carême, que para una cena de gala los preparó con mantequilla y perejil.
Muchos piensan que es una cuestión de equilibrismo, pero, en realidad, comer caracoles en modo correcto es muy fácil; basta con tener los utensilios de cocina adecuados y acordarse de las 3 prohibiciones fundamentales para no pasar un papelón. He aquí las 10 cosas que hay que hacer y no hacer.
Lo que NO SE DEBE HACER nunca cuando se comen caracoles
- Usar las manos
- Hacer resbalar la concha
- Comer el caracol directamente de la concha
Lo que SE DEBE HACER para comer correctamente los caracoles
- Los caracoles deben servirse en un plato especial
- Usar pinzas para caracoles y tenedores largos y finos para sacar la carne
- Coger las pinzas con la mano izquierda
- Usar las pinzas para aferrar y mantener inmóvil la concha contra el plato
- Con la mano derecha, hundir los dientes del tenedor fino contra el borde
- Extraer la carne
- Comerla de un solo bocado