Cuando el sol arde y las temperaturas se disparan, es imprescindible encontrar estrategias para refrescarnos. Beber agua, como se recomienda en los días de mucho calor, a veces puede volverse monótono, y hacer que anhelemos algo con un poco más de sabor y brío. El té, esa deliciosa bebida milenaria de incontables variedades y aromas, ofrece en su versión fría una excelente alternativa saludable e hidratante a otras bebidas saborizadas. Aquí te proponemos siete recetas para que te refresques en casa.
Té verde con azúcar y hierbabuena
Como primer paso de esta receta sencilla, pero infalible, te contamos un secreto. Para evitar el amargor que a veces puede tener el té verde, principalmente en su versión fría, sigue estos pasos. Hierve agua y utilízala para enjuagar la tetera en la que prepararás el té. Luego, coloca en la tetera una cucharada de té y una de azúcar moreno por cada comensal. Hierve agua en un cazo, vierte un poco en la tetera, deja reposar un minuto y desecha el agua (este es el truco que quitará el amargor). Luego, añade a la tetera el resto de agua hervida, que deberá estar a unos 80 °C, agrega hierbabuena y deja infusionar unos minutos. Cuela el té en una jarra y deja atemperar. Lleva a la nevera o bien sirve directamente en un vaso con hielo.
Té helado con limón y menta
El té con limón es un clásico, y la menta le da un toque refrescante irresistible. Para prepararlo, pon a hervir agua en un cazo y, cuando rompa el hervor, agrega cáscara y zumo de limón, hojas de menta fresca y el té ya preparado, que puede ser té aromatizado de menta o bien té verde. Deja hervir durante unos minutos para que se concentren los sabores y luego endulza a gusto y dejar enfriar. Si lo deseas, puedes servir sin colar, para mantener la intensidad del sabor y también el atractivo visual, si sirves en vasos de cristal.
Té chai helado con leche de almendras
Esta propuesta, que incluye leche de almendras, agrega otra textura al té helado y es ideal para un desayuno fresco. Para preparar este té helado, primero prepara el té chai y luego agrega la leche de almendras y unos cubos de hielo. Puedes prepararlo en una taza, como porción individual, o bien en una jarra, en las cantidades necesarias, si lo disfrutarás en compañía.
Matcha latte helado
El té matcha es famoso por su color verde brillante y por ser la infusión elegida para la tradicional ceremonia del té japonesa. Si bien se lo conoce en su versión caliente, es posible también beberlo frío. Para preparar esta sabrosa versión, prepara el té matcha directamente con agua fría, batiendo como en la preparación en caliente, y luego agrega la leche, que puede ser de vaca o una bebida vegetal a elección, y unos cubos de hielo para servir.
Té helado de fresa y melocotón
Esta opción agrega pulpa de fruta para un resultado saciante, dulce y superfresco. Para preparar este té, primero tendrás que infusionar un té aromatizado. Puede ser de alguna de las frutas de la receta o de otra que te guste y que combine bien, o bien puedes elegir un té sin aromatizar, pero de aroma decidido, como un rooibos o un té rojo. En una procesadora de alimentos, procesa el melocotón en trozos (sin la piel) y las fresas y mezcla el puré que obtendrás con el té ya preparado. Deja enfriar y sirve con hielo y trozos de fruta para decorar.
Té helado de manzana con canela
Los tés con frutas resultan muy atractivos a la hora de preparar un té helado, y esta opción que te proponemos es supersencilla de elaborar. Te bastará con hacer un té aromatizado de manzana (de los de bolsita) y dejarlo infusionar con ramas de canela y azúcar moreno. Una vez templado, puedes llevar a la nevera o bien servir con hielo, unas rodajas de manzana y unas hojas de menta.
Té helado de naranja
Este versión de té helado es de lo más versátil en cuanto a la variedad del té con la que se puede preparar: queda muy bien con té rojo, pero también con té negro (para un sabor un poco más intenso) o con rooibos, si buscas una versión ligeramente especiada y sin teína, característica del rooibos.
Prepara el té que elijas, infusionándolo con rodajas de naranja. Agrega azúcar moreno y zumo de naranja y sirve con mucho hielo.
Consejos para un té perfecto
La preparación del té es bastante sencilla. No obstante, hay algunos consejos que queremos darte para que obtengas los mejores resultados.
El primero es que no dejes infusionar demasiado tiempo el té que elijas, principalmente si se trata de té negro, rojo o verde, ya que cuando se concentran demasiado, adquieren un sabor amargo y un poco ácido, que podría estropear la combinación de sabores de tu té helado.
Otro elemento muy importante es la temperatura del agua, que debe ser de entre 80 y 90 grados. Cuando utilices té en bolsitas, lee las indicaciones del paquete, donde dirá claramente la temperatura recomendada para esa variedad específica.
Por último, si es posible, utiliza alguna alternativa al azúcar refinada, como el azúcar moreno, la panela, la miel o el sirope, y procura atemperar la bebida fuera de la nevera.
El mundo del té helado está abierto a innumerables combinaciones: basta dar rienda suelta a la creatividad y el gusto. Con unos pocos ingredientes simples y una pizca de imaginación, puedes transformar estas recetas que te compartimos en creaciones únicas. Agrega un poco de zumo o puré de fruta, una pizca de especias o unas cucharaditas de miel para personalizar tu té helado y descubrir nuevos sabores que deleiten a tus papilas gustativas.
Si no eres amante del té o quieres experimentar con otro tipo de bebidas refrescantes, no puedes dejar de probar las recetas para preparar estas sabrosas bebidas refrescantes caseras y las originales y versátiles aguas saborizadas.