El huevo es un ingrediente fundamental en la cocina, que se utiliza para infinidad de recetas y platos, y de distintas maneras: cocido, revuelto, batido, frito, para dar consistencia, para ligar, etc. Todas las culturas gastronómicas lo incorporan de alguna forma en multiplicidad de versiones, ya que el huevo no sólo es económico sino que también se consigue muy fácilmente. Además, su descripción nutricional nos presenta una gran cantidad de vitaminas, minerales, proteínas y también grasas buenas. Por ejemplo, un huevo mediano contiene alrededor de 70 calorías así como proteínas, vitaminas A, B12 y D, ácidos grasos omega-3, riboflavina, selenio y zinc. Una combinación realmente imbatible.
En 59 maneras de cocinar un huevo: el vídeo descubriréis diferentes técnicas de cocción. Sin embargo, uno de los métodos más famosos de preparación es el huevo duro, también llamado huevo cocido o huevo sancochado, que se cocina en agua hirviendo y con su cáscara, durante todo el tiempo de cocción. Es una de las formas más sencillas de cocinar el huevo duro, ya que no demanda mucho tiempo y cualquiera puede aprender a prepararlo. Además, el huevo duro se puede comer solo, en un sándwich, como complemento de una ensalada o en los típicos caldos japoneses, popularmente conocidos como ramen.
Tipos de huevos cocidos
Si bien el huevo puede ser consumido bajo diferentes tipos de cocción, cuando cocinamos el huevo con su cáscara nos referimos al huevo cocido. Hay 3 típicas formas de preparar el huevo cocido, según el tiempo de cocción.
- Huevo pasado por agua: se cocina en agua hirviendo entre 3 y 4 minutos. Apenas se cumple el tiempo de cocción, el huevo se pasa rápidamente debajo de un chorro de agua fría y se lo puede consumir pelando la cáscara sólo en la punta. La consistencia de la clara debe ser gelatinosa, aunque esté cocida, y la yema por dentro quedará cuajada.
- Huevo mollet: su tiempo de cocción es de 6 minutos aproximadamente. De esta forma, la clara consigue una textura más firme y la yema es más cremosa. El huevo mollet es más sencillo de pelar completamente y suele ser utilizado para acompañar muchos platos, gracias a la suavidad de su consistencia.
- Huevo duro: demanda más tiempo de cocción. Lo más importante es recordar que debe ser introducido en el agua una vez que ésta ya esté hirviendo, para de esa forma controlar más fácilmente el tiempo exacto y lograr el punto perfecto.
Trucos para hacer el huevo cocido perfecto
Si queréis cocinar un huevo duro y que el resultado sea perfecto, aquí os presentamos algunos trucos y secretos para tener en cuenta. Lo más importante a considerar es el tiempo de cocción del huevo. Para lograr la consistencia perfecta de la clara y la textura jugosa (¡pero cocida!) de la yema, el huevo se debe cocinar durante 11 minutos. Muchas personas no suelen darle importancia a este factor, pero definitivamente es el que más cuenta. Para que no se pase el tiempo de cocción, es importante colocar el huevo duro en agua fría, inmediatamente después de los 11 minutos.
Otro secreto para conseguir el huevo cocido perfecto tiene que ver con la cáscara. Para evitar que el huevo no se rompa mientras lo pelamos, hay que agregar un puñado de sal en el agua hirviendo. También sirve agregar un poco de bicarbonato de sodio. De esta forma, la cáscara se desprenderá más fácilmente. También es importante evitar que la cáscara se rompa durante la cocción del huevo. Para ello, podéis hacer un pequeño orificio con un alfiler en la base del huevo y así se evita que quede aire acumulado, motivo que suele causar la rotura de la cáscara durante la preparación.
Si queremos lograr que la yema quede perfectamente centrada cuando cortamos el huevo cocido, debemos revolver el agua durante los primeros 3 ó 4 minutos de cocción, y de esta forma conseguiremos la colocación perfecta de la yema.
Por último, y aunque parezca obvio, es muy importante utilizar huevos frescos. A veces los huevos llevan mucho tiempo en la nevera y, como exteriormente no presentan ninguna señal de descomposición, olvidamos que ya pueden estar pasados. Comprobar el estado de los huevos antes de cocinarlos nos ahorrará futuras desilusiones.
Cómo cocer un huevo al punto exacto
Para conseguir el punto exacto de cocción del huevo duro podemos considerar varios factores. Una vez más, el tiempo es fundamental para lograr un resultado perfecto. La gastronomía molecular, por ejemplo, nos aporta información exacta no sólo sobre el tiempo de cocción sino sobre la temperatura correcta que debería tener el agua para que el huevo duro se cocine de manera correcta: 69ºC. Pero como comúnmente en casa no tenemos todos los instrumentos para controlar y medir la temperatura del agua, seguiremos el método tradicional. Esto significa que, en primer lugar, el agua debe hervir a 100ºC y, luego, debemos cocinar el huevo. Según el tamaño del huevo o nuestros gustos personales, el tiempo de cocción puede variar entre 9 y 11 minutos.
Cómo guardar huevos duros
Ahora que ya conocéis los mejores trucos y secretos para conseguir un huevo duro perfecto, aquí van algunas recomendaciones para que se mantengan de manera apropiada y podáis consumirlos sin problema.
Es aconsejable conservar los huevos duros cocidos en el refrigerador por no más de una semana, y siempre conservando la cáscara. Si ya hemos pelado el huevo, éste debe consumirse dentro las próximas 24 horas, para evitar que se eche a perder.
También se puede congelar la yema cocida, aunque no la clara, ya que su textura podría adquirir un aspecto gomoso y duro. Las yemas cocidas se utilizan en múltiples preparaciones o como ingredientes adicionales, por lo que esta forma de conservación puede resultar muy útil.
Por último, los huevos duros también pueden guardarse en salmuera, siguiendo todas las indicaciones de higiene y esterilización correspondientes. Si os gustan los huevos duros conservados de esta forma, es una excelente opción para que duren y puedan ser consumidos durante más tiempo.