Tinga de pollo: auténtica receta mexicana

El primer paso consiste en hervir las pechugas de pollo. Para eso, coloca en una olla las pechugas, media cebolla cortada, un diente de ajo, sal, pimienta, laurel y cilantro. Cubre con agua y lleva a ebullición.

Deja hervir las pechugas con la olla tapada a fuego moderado durante entre 20 y 30 minutos. Verifica la cocción haciendo un pequeño corte en el centro de las pechugas y, si están cocidas, retira del fuego.

Escurre las pechugas y deshébralas, separando la carne de las pechugas con dos tenedores. Reserva en un recipiente. Reserva el caldo de cocción, que te servirá para la preparación de la salsa.

Pela la cebolla y córtala en juliana. Pela también el ajo y pícalo.

En una sartén, coloca una cucharada de aceite y sofríe la cebolla y el ajo a fuego medio-bajo, para que no se quemen.

Coloca el contenido de la lata de chipotle con los tomates lavados en una licuadora. Agrega sal y pimienta al gusto, una cucharadita de orégano y una taza y media de caldo de pollo. Licúa todos los ingredientes.

Coloca la salsa licuada en la sartén en la que previamente has sofreído la cebolla con el ajo y cocina durante aproximadamente cinco minutos, revolviendo cada tanto para evitar que la salsa se pegue a medida que se vaya evaporando el líquido.

Añade el pollo deshebrado a la salsa y sigue cocinando durante otros cinco minutos, revolviendo cada tanto.

Prueba la salsa y ajusta de sal y pimienta si fuera necesario. En este punto de la receta, puedes seguir cocinando la salsa si quieres que tenga más consistencia (para que se evapore más líquido), o bien agregarle agua o, preferiblemente, más caldo de pollo si te gusta que quede más caldosa.

Sirve en una fuente profunda, acompañada con salsas y tortillas de maíz o con alguno de los acompañamientos que te sugerimos más abajo.

Con qué acompañar tinga de pollo

Al ser una preparación particularmente sabrosa, la tinga de pollo queda muy bien acompañada de alimentos más neutros, que equilibran el sabor. Es por eso que, en general, esta preparación se utiliza como relleno de quesadillas, tacos, tostadas y molotes, según la región. También puede servirse con arroz o quinoa, o acompañada de totopos (tortillas de maíz), junto con lechuga cortada y queso fresco como opciones para rellenar. Si eliges este plato como aperitivo, puedes probarlo acompañado por la michelada, una bebida alcohólica típica mexicana a base de cerveza, zumo de limón y chile. ¡Toda una experiencia!

Consejos y variaciones

La tinga es un plato típico que nació en Puebla, pero que hoy en día se preparara en todas las regiones de México, con sus variaciones. Por eso es posible encontrar tinga no solo de pollo, sino también de res, de cerdo e incluso de sardinas o de combinaciones de las diferentes carnes. Existen también variantes vegetarianas o veganas, en las que se reemplaza el pollo (o la carne) por setas o verduras como la zanahoria. Además, hay quienes incluyen en la salsa chorizo y patata. A la hora de servir, puedes acompañar la tinga con crema, queso o incluso con el famoso guacamole.

Debido a que la salsa contiene chile chipotle, el grado de picante de la preparación lo dará la cantidad de salsa que le pongas al pollo (o a la carne que elijas para hacer tu tinga). Tenlo en cuenta en el momento de mezclar los ingredientes: si quieres un resultado de sabor más suave, pon menos salsa. Te recomendamos que vayas probando la tinga hasta encontrar el equilibrio justo.

Si te sobra preparación, puedes conservarla unos días en la nevera o bien congelarla, para tener lista tu tinga de pollo en cualquier momento.