A todos nos ha pasado. Es la víspera de Navidad y hay tanta comida en la nevera que apenas puedes cerrar la puerta. Tener que sacar cosas para buscar un ingrediente imprescindible para tu plato en medio de un caos de recipientes que rezuman y enormes trozos de pavo puede poner a prueba hasta al más previsor de los cocineros.
Cualquier chef te dirá que ordenar la nevera es el primer paso para preparar platos buenos, sanos, seguros y deliciosos. Es algo que se inculca en la escuela de cocina: hacer balance, limpiar y tener buenos hábitos de almacenamiento forma parte de las tareas diarias de un chef. La temperatura, la higiene, la colocación y el tipo de envase pueden marcar la diferencia en el menú y, lo que es más, reducir el desperdicio de alimentos. Te invitamos a seguir el ejemplo de los profesionales y practicar una buena gestión de la nevera estas Navidades.
Consejos para organizar la nevera en Navidad
Haz balance
Antes de hacer la compra, repasa lo que tienes en la nevera o en el congelador. Tira los alimentos o envases que no hayas tocado en meses, seguramente ya no estarán frescos y podrás liberar espacio para los productos navideños. No abarrotes la nevera, ya que hace falta que el aire frío circule para mantener la temperatura correcta.
Conoce tu frigorífico
Lo más probable es que te dieran un manual de instrucciones del frigorífico cuando lo compraste y que lo metieras directamente en un cajón para no abrirlo jamás. Pero es bueno conocer el modelo exacto de tu frigorífico y su funcionamiento. El manual debería incluir una tabla de ingredientes y una guía sobre cómo guardarlos, por lo que merece la pena dedicar unos minutos a leerlo.
Límpialo
Debes limpiar el frigorífico con regularidad, pero si hace tiempo que no lo haces, la Navidad es el momento perfecto. Retira cada estante con cuidado y lávalo con agua caliente y jabón. Deja que se sequen completamente antes de volver a meterlos en el frigorífico. Es un buen ejercicio para hacerse una idea de la capacidad exacta del frigorífico y mantenerte a salvo durante las Navidades.
Haz una lista (y repásala)
Puede parecer una obviedad, pero decide qué vas a cocinar en Navidad, haz una lista de la compra y cíñete a lo necesario cuando vayas a comprar.
El frigorífico y dónde colocar cada tipo de alimento
Tu nevera tiene diferentes compartimentos para distintos alimentos con distintas temperaturas. A continuación, te explicamos cuáles son:
Estante superior
En la mayoría de los frigoríficos, el estante superior tiene la temperatura más alta pero más constante, por lo que es un buen lugar para guardar el humus, las aceitunas, las carnes cocidas y las sobras, así como las verduras de hoja verde y las ensaladas.
Los estantes del medio
Los estantes del medio son los que sufren más cambios de temperatura, sobre todo si la puerta se abre con frecuencia: por ejemplo, si tienes hijos adolescentes que tienen la costumbre de asomarse "a ver qué hay en la nevera". Utiliza estos estantes para los alimentos que vayas a consumir en uno o dos días.
Estantes inferiores
El estante inferior tiene la temperatura más fría, por lo que es ideal para guardar la carne. Los objetos pesados, como las botellas de vidrio, también deben almacenarse en el estante inferior para evitar accidentes desafortunados.
Cajón de frutas y verduras
Tiene una temperatura muy baja y, gracias al cajón, proporciona el clima y una humedad adecuados para almacenar fruta y verdura fresca. Mantén las verduras aromáticas, como las cebollas, los puerros y el cebollino, separadas y bien envueltas.
Puerta del frigorífico
La puerta tiene la temperatura más baja y también está sujeta a las fluctuaciones de temperatura, así que guarda aquí las cosas que piensas utilizar ese mismo día.
Los alimentos y la nevera
Carne
Es aconsejable distinguir entre carne cruda y carne cocinada y es importante almacenarla en estantes diferentes. Por regla general, la carne cruda debe almacenarse en el estante inferior, mientras que las carnes cocinadas deben almacenarse en el superior. Si se almacena la carne cruda en los estantes superiores, corres el riesgo de que su jugo caiga sobre los alimentos de los estantes inferiores, lo que podría ser peligroso.
Pavo
El pavo crudo es el objeto más grande de la nevera de Navidad, por lo que hay que guardarlo en el estante inferior, donde la temperatura es más fresca. Asegúrate de envolverlo bien. El pavo cocido debe cortarse en trozos y envolverse individualmente para guardarlo en los estantes superiores y lejos de cualquier ingrediente crudo.
Embutidos
Se pueden almacenar en los estantes superiores, pero deben estar bien envueltos o, mejor aún, colocados en recipientes herméticos, lo que ayudará a que duren más tiempo y a mantener los olores fuertes lejos de otros alimentos.
Relleno y salchichas
Muchas recetas de rellenos se hacen con salchichas, por lo que hay que manipularlas con cuidado. Todos los productos de cerdo crudos deben guardarse en recipientes herméticos y mantenerse en el estante inferior del frigorífico.
Pescado
El pescado crudo se debe guardar en un recipiente hermético y lejos de otros alimentos en la medida de lo posible. El pescado crudo contiene bacterias peligrosas y puede contaminar otros alimentos del frigorífico. El pescado, especialmente el marisco, debe ser lo más fresco posible y comprarse el mismo día que se vaya a cocinar, pero si se guarda en la nevera durante la noche, hay que comprobar que el envase esté bien cerrado.
Si vas a guardar marisco como mejillones, almejas u ostras, colócalos bien envueltos en el estante inferior. Pregunta a tu pescadero cuánto tiempo puedes guardarlos y cuándo y cómo debes limpiarlos y cocinarlos. No hay nada peor en Navidad que una almeja caducada. Mantén el pescado cocinado, como la carne de cangrejo, separado del pescado y de las carnes crudas.
Lácteos
La puerta del frigorífico no es el mejor lugar para guardar los lácteos, ya que la temperatura no se mantiene constante por el continuo abrir y cerrar de la puerta. Guarda los lácteos (como leche, nata, mantequilla y queso) y los huevos la parte trasera del frigorífico, donde la temperatura es más fría, para que duren más.
La puerta del frigorífico es útil para los lácteos que quieras tener a mano mientras cocinas, así que puedes guardar aquí la nata, los huevos y la mantequilla, pero aguantarán menos por los continuos cambios de temperatura.
Puedes guardar los quesos blandos, como el Stilton y el gorgonzola, junto con los quesos duros, pero utiliza una gasa u otro tipo de envoltorio para quesos para mantener a raya los olores fuertes. La nata montada se debe guardar en un recipiente hermético para que no absorba contaminantes.
Postres
Los postres, especialmente los que llevan lácteos o helados, también deben guardarse en la parte trasera del frigorífico. También conviene sacarlos de sus cuencos o bandejas de servir, ya que pueden captar fácilmente los olores y sabores de otros alimentos. Las bayas, como las fresas, deben guardarse en un recipiente en la parte central del frigorífico y lejos de la parte trasera, ya que las temperaturas más frías pueden hacer que se vuelvan blandas.
Frutas y verduras
El compartimento inferior del frigorífico es el más frío y está pensado para la fruta y la verdura. Procura retirar regularmente los artículos estropeados o podridos de aquí, para que los demás no se estropeen. Hay que mantener los plátanos separados, ya que pueden hacer que las otras frutas se estropeen más rápido. No laves la fruta y la verdura antes de guardarla, ya que eso hará que caduque antes. Las verduras de hoja verde y las ensaladas son de las cosas que más se tiran, así que compra sólo lo que vayas a utilizar.
Lo que no se debe guardar en la nevera
No hace falta guardar en la nevera verduras como las cebollas, las patatas o el ajo y durarán igual en un lugar seco y oscuro. Algunas frutas se conservan mejor fuera, como los tomates, los plátanos y los melones. Los productos horneados, como el pan, la tarta de Navidad y los pasteles de carne, saben mejor si se guardan en un recipiente fuera de la nevera.
El congelador: gran aliado para evitar desperdicios
A la hora de conservar ingredientes crudos o cocidos e incluso comidas ya preparadas, el congelador puede ser un gran aliado. A continuación encontrarás algunos consejos para hacer un buen uso.
Ten en cuenta que, incluso en el congelador, los alimentos caducan, por lo que es importante congelarlos en porciones adecuadas (por ejemplo, individuales si vives solo), en recipientes o bolsitas con cierre hermético y etiquetarlos con la fecha de congelado. Además, colócalos de modo que los que deban usarse primero estén en los lugares más accesibles, por ejemplo, en los espacios superiores, y rota los alimentos que ya estén congelados de modo que no entren en contacto con alimentos por congelar, ya que esto podría alterar la cadena de frío de los que ya se encontraban dentro.
Como regla general, considera que las frutas y verduras congeladas generalmente duran entre 8 y 12 meses; las sobras de platos cocidos, entre 2 y 6 meses; las carnes, como máximo 1 año; y los pescados entre 4 y 10 meses.
Ahora que ya sabes cómo organizar tu frigorífico y tu congelador para estas fiestas, no te pierdas estos menús de Navidad y estas recetas para inspirarte.