Comer juntos, familias reunidas en torno a una mesa, partir el pan, todos hablando a la vez... para muchos, el caos habitual de las largas comidas dominicales en familia representa el ideal de cómo comer. Sin embargo, no refleja la realidad de nuestra vida cotidiana, en la que cada vez estamos más aislados en nuestra propia burbuja existencial. Cenar solo ha pasado a ser algo normal. Lo que antes se consideraba un motivo de vergüenza y soledad, ahora es una elección libre de personas que pasan gran parte de su vida cotidiana solas y se sienten cómodas con ese hecho.
Los estudios demuestran que, por término medio, casi un tercio de los europeos suele comer solo, con los polacos (40%) a la cabeza. En general, un tercio (33%) de los británicos come solo, seguido de tres de cada diez alemanes (31%), franceses (30%), españoles (29%) e italianos (29%).
Puede que a algunos les resulte fácil comer solos, pero a otros les sigue costando. De hecho, comer solo en un restaurante lleno de gente es una experiencia que puede resultar muy reveladora. ¿Cómo somos en nuestra propia compañía? ¿Cómo creemos que nos perciben los demás? ¿Nos sentimos aislados? Puede ser una ocasión para meditar que, si se hace bien, puede servir para alimentar algo más que nuestro cuerpo. He aquí algunos consejos para comer solo de expertos que lo hacen con regularidad.
Siéntate en la barra
Si entras en un garito en una tarde cualquiera, verás que suele haber gente sola charlando con el camarero. Si el restaurante donde vas a comer tiene barra, siéntate en ella. Tiene la ventaja de que podrás ver trabajar a los camareros y charlar con ellos, pero también disfrutarás de una posición privilegiada para observar a los demás clientes y ver a la gente entrar y salir. Además, los que se sientan en la barra parecen automáticamente clientes habituales.
Hazte amigo del personal
Los camareros son tus amigos, así que conócelos. Pídeles que te recomienden qué pedir y averigua cuál es su plato favorito y por qué. Si estás de visita en una ciudad y vas a cenar solo, puedes pedirles que te recomienden cosas que hacer: siempre conocen los mejores bares y discotecas.
Elige bien la hora
Siempre es mejor comer temprano si vas a cenar solo. Intenta conseguir mesa fuera de las horas punta, cuando el personal está bajo presión y estén deseando cambiarte el plato para que te vayas. Si vas pronto, es posible que te ofrezcan un descuento por reserva anticipada y, además, podrás charlar con el personal cuando están más relajados.
Mejor cuanto más pequeño
Pida el menú degustación, si lo hay, ya que te servirán la comida en platos más pequeños y podrás interactuar con el personal mientras te explican cada plato.
Llévate un libro
Aunque sólo sea para parecer más listo de lo que en realidad eres, puedes llevarte un libro y leerlo mientras esperas a que llegue la comida. La gente solía leer los periódicos mientras esperaba, pero ya nadie los lee, así que un libro puede ser de ayuda. Puntos extra si es un tomo bien gordo, porque los demás comensales se relajarán y podrás concentrarte en lo que de verdad estás haciendo: escuchar a escondidas las conversaciones y, si tienes suerte, una pelea de pareja.
Llévate un cuaderno
Tomar notas de cada plato en un cuaderno es un viejo truco para hacer creer al personal que eres un crítico gastronómico. Puedes levantar el plato para ver el sello ce la cerámica para hacerte pasar por un inspector de Michelin. Aunque no quieras impresionar a nadie, inténtalo de todos modos... describir la comida y la experiencia de cenar a solas no sólo es una forma estupenda de recordar la comida, sino que puede que tus propios pensamientos creativos te sorprendan.
Tontea con el móvil
Probablemente acabarás haciéndolo de todos modos, así que al menos asegúrate de que esté completamente cargado para no quedarte mirando a la pared. Haz fotos de los platos cuando salgan y pídele al personal las etiquetas adecuadas antes de publicar. ¿Por qué no utilizas el móvil para dejar unas cuantas críticas positivas del restaurante en TripAdvisor o Yelp? Cuéntale al personal lo que estás haciendo.
Haz una videollamada
Puedes invitar a un amigo o familiar a cenar si haces una videollamada mientras ellos comen en otra parte del mundo. Si tienes un portátil, mejor, pero un móvil o una tableta también sirven. Busca un rincón bien iluminado para sentarte y ten en cuenta el nivel de ruido.
Disfruta de la comida
Presta atención a lo que comes, intentando ser consciente de toda la experiencia, disfrutando de las vistas, los sonidos y los sabores que te rodean. Es una gran oportunidad para explorar tu paladar y apreciar plenamente el arte que hay detrás de la elaboración de la comida.
Haz una ruta
Una ruta gastronómica local te llevará de safari culinario por lugares de interés, comerás bien y conocerás a otras personas que van por libre. Es la forma perfecta de pasar una tarde en una ciudad desconocida si dispones de tiempo libre.