Galletas de mantequilla

El primer paso para esta preparación es coger un recipiente donde se deben colocar los 100 gramos de mantequilla junto con los 200 gramos de azúcar. Comenzar a mezclar ambos ingredientes con las manos, con una espátula, o si se tiene en casa, con varillas eléctricas. De a poco, la mantequilla se irá aclarando y va a ir formando una masa muy cremosa junto con el azúcar. Vale decir que se puede también utilizar azúcar glass, lo que hará que la masa sea aún más suave.

Una vez la masa de azúcar y mantequilla esté formada y los ingredientes integrados, es momento de añadir los dos huevos junto con un poco de esencia de vainilla. Continuar mezclando hasta lograr que todos los ingredientes se integren por completo. En caso de no querer utilizar esencia de vainilla, o si no se tiene a mano, se puede reemplazar por ralladura de limón o naranja.

Con la masa ya lista dejar apartado el recipiente. Ahora, es momento de tamizar la harina junto con el polvo de hornear. Este es un paso clave de realizar, ya que de esta forma nos vamos a asegurar de no tener grumos a la hora de hacer las galletas. A su vez, significará obtener una masa mucho más suave, fina y homogénea.

El siguiente paso es el de ir añadiendo de a poco la harina y el polvo de hornear tamizados en la preparación que teníamos lista. Revolver bien toda la masa para integrar por completo los ingredientes. Si es necesario, se puede añadir un poco más de harina para asegurarse de obtener una masa suave y compacta.

La masa de las galletas ya está lista para dejarla reposar. Para ello, se la debe envolver bien con papel transparente o papel film y guardarla en la nevera durante una media hora aproximadamente.

Pasados unos 30 minutos de reposo en la nevera, retirar la masa para comenzar a preparar las galletas. Esparcir en una superficie plana un poco de harina y sobre ella se debe extender bien la masa. Para este paso os sugerimos utilizar un rodillo, de lo contrario, esparcir la masa será más complicado. En cuanto al grosor de la masa de las galletas, es a criterio y gusto de cada uno. Una vez se obtiene el grosor deseado, es momento de cortar las galletas con la ayuda de un molde de la forma que más os guste. En caso de no tener, o simplemente querer las galletas redondas, se puede utilizar un vaso o similar.

Precalentar el horno a unos 180 grados. Esto se puede hacer incluso mientras se van cortando las galletas. Una vez el horno está caliente y las galletas listas, colocarlas sobre una plancha o fuente de horno que esté cubierta con papel vegetal. Hornear por unos 15 minutos aproximadamente. Al hacerse muy rápido, y como cada horno es diferente, se debe ir controlando la cocción para que las galletas no se quemen. Una vez están doradas, es momento de retirarlas del horno. Si es posible, configurar el horno para que largue calor de arriba y de abajo. Ahora sí, las galletas de mantequilla están listas para servir y disfrutar.