Tenemos que cuidar nuestra alimentación todo el año, pero en verano es imprescindible optar por platos sencillos y fáciles de digerir y que, al mismo tiempo, no dejen de ser nutritivos y sabrosos. El pescado a la plancha reúne sin duda todos estos requisitos y se convierte en nuestro mejor aliado a la hora de combatir el calor sin renunciar al sabor ni a los mejores nutrientes. ¿El plus? Comer con los pies en la arena…
Pescado a la plancha: recetas
Bacalao a la plancha
Poner una plancha o sartén antiadherente al fuego y rociar con aceite de oliva. Colocar el bacalao con la piel hacia abajo y cocinar a fuego medio hasta que veamos que se ha dorado, (alrededor de 2 minutos por cada lado). Condimentar con sal y zumo o ralladura de limón. Emplatar y servir con ensaladas, ensaladilla, arroz, salpicón o la guarnición que se prefiera.
Si lo prefieres al horno, te mostramos cómo cocinar el bacalao al horno y que quede bien compacto y jugoso.
Langostinos a la plancha
Lavar los langostinos bajo el grifo. A continuación, calentar un chorrito de aceite de oliva virgen extra en una sartén y, cuando el aceite esté caliente, colocar los langostinos. ¡Ojo! La plancha debe estar muy caliente para que se tuesten de inmediato.
Cuando empiecen a dorarse por uno de los lados, añadiremos una pizca de sal gruesa y les dejaremos que se cocinen, dándoles la vuelta cuando sea necesario.
Emplatar y servir en una bandeja con rodajas de limón.
Si eres amante de este marisco, descubre más recetas e ideas creativas con langostinos.
Salmón a la plancha
Calentar un chorrito de aceite de oliva virgen extra en una sartén o plancha. A continuación, colocar el salmón, tras salpimentarlo. Dejar que se cocine alrededor de 2 minutos por cada lado (aunque el tiempo de cocción dependerá del grosor de las piezas). Luego bajar la temperatura a la mitad y dejar que se termine de cocinar si lo quieres bien hecho. Emplatar y servir con zumo de limón.
Si te apetece hacerlo al horno, descubre aquí cómo cocinar salmón al horno
Tataki de atún a la plancha
Lo primero es dejar marinar el atún durante una hora en una mezcla de salsa de soja, azúcar y zumo de limón o de yuzu. También puedes añadir jengibre rallado o hierba limón. Pon a calentar una plancha y, cuando esté muy caliente, sella el atún unos segundos por cada lado. Debido a la reacción de Maillard, el pescado estará bien cocinado por fuera y rosado y jugoso por dentro. Filetea el atún y rebózalo en semillas de sésamo. Para acentuar el aroma de las semillas de sésamo, pásalas por la sartén antes de usarlas para cubrir el pescado.
Tataki de pez espada a la plancha
Si quieres preparar tataki con otros ingredientes, elige el pez espada. Primero, marina el pescado en la mezcla de salsa de soja. Luego, rebózalo con semillas de amapola, cubriendo todos los lados. Por último, colócalo en una plancha muy caliente, dejando que se cocine unos segundos por cada lado.
Salsas de acompañamiento
El tataki se suele servir con salsa teriyaki, salsa de soja o salsa ponzu. Si buscas un sabor alternativo, prueba con una mayonesa al cilantro o al wasabi, para conseguir un toque picante y un sabor típicamente japonés.
Cómo hacer pescado a la plancha sin que se rompa ni se pegue a la sartén
Aquí van algunos trucos para evitar que el pescado se rompa o se pegue a la sartén.
- En primer lugar, pide a tu pescadero que limpie y después corte el pescado según el tipo de receta que vas a cocinar. Es preferible que las piezas sean pequeñas y abiertas a la mitad para evitar que queden crudas por dentro; sin embargo, si son piezas grandes y con piel, es oportuno dar un par de cortes o un corte en forma de cruz, ya que la piel tiende a encoger por el calor y esto hace que el pescado quede gomoso.
- Seca bien el pescado con papel de cocina, ya que cuanto más seco esté, más crujiente quedará por fuera. Si es pescado descongelado, procura descongelarlo por completo y absorber toda el agua de deshielo.
- Ahora, revisa tus sartenes y escoge una que no haya perdido su antiadherencia. De lo contrario, el pescado se pegará y se romperá al darle la vuelta. Para no rayar la superficie antiadherente de tus sartenes, recuerda evitar los utensilios de metal, no restregar el fondo a la hora de limpiarlas y no guardarlas apiladas; en cualquier caso, si todas tus sartenes están ralladas, prueba este tip: coloca en el fondo papel de horno para evitar que el pescado se pegue y así saldrás airosa del apuro.
- Es el turno del aceite. Se recomienda pincelar o rociar la superficie del pescado con muy poquito aceite en vez de echar éste directamente en la sartén, puesto que una de las principales causas por las que el pescado se queda pegado es porque absorbe demasiado aceite.
- Añade sal o harina. Ambas cumplen con una doble función: harán que el pescado no se pegue a la sartén y otorgarán al mismo un sabor único.
- Si optas por la sal, deberás echar una generosa cantidad de sal gruesa en el fondo de la sartén ya calentada. Esa capa de sal se convertirá en una película protectora que evitará que el pescado se queme.
- Si te resuelves por la harina, deberás pasar el pescado bien secado por harina, sacudiendo el exceso. Si lo deseas, aunque no es mandatorio, puedes pasarlo a continuación por el huevo batido y de nuevo a la harina o pan molido para que sea más crujiente.
- Coloca el pescado en la sartén solo cuando esté bien caliente, para que se selle casi de inmediato, dando como resultado una pieza bien firme y más fácil de manipular. Cuando haya obtenido un color tostado (o cuando la piel esté crujiente), dale la vuelta con una espátula grande, ya que con un tenedor podría romperse. Debería poderse despegar fácilmente, de lo contrario, retira la sartén del fuego, espera unos segundos y voltea el pescado. ¡Ahora se despegará sin problema!
- Respeta los tiempos de cocción recomendados, pero, sobre todo, vigila el pescado, ya que tardará menos o más según su tamaño.