Espaguetis con langostinos

Limpia los langostinos retirando la cabeza, la cáscara y las venas del intestino. Para retirar las venas del intestino, haz un pequeño corte a lo largo del dorso del langostino y sácalas o, si lo prefieres, retíralas con la ayuda de un palillo de madera.

Pela el ajo y ponlo en la sartén. Añade la guindilla cortada en rodajitas, un manojo de perejil y un chorrito de aceite. Fríelo a fuego lento unos minutos.

Cuando el ajo se dore, añade las cabezas de los langostinos y los tomates cherry cortados por la mitad. Saltea todos los ingredientes removiéndolos con frecuencia para evitar que se quemen. Pasados unos minutos, añade el vino blanco.

Cuando el contenido de alcohol se haya evaporado totalmente, condiméntalo al gusto con sal y pimienta y retira las cabezas y las cáscaras de los langostinos y el perejil. Añade los langostinos y apaga el fuego.

Llena una cacerola con abundante agua y llévala a ebullición. Añádele sal y, cuando vuelva a hervir, añade los espaguetis.

Mientras tanto, pica el perejil y ralla la piel del limón.

Cuela los espaguetis cuando estén al dente y viértelos sobre la salsa de langostinos. Mezcla bien todos los ingredientes.

Emplata los espaguetis y decóralos con el perejil picado y un la ralladura de limón.

Trucos útiles y datos interesantes

La sal es un potenciador del sabor natural; si le echas una pizca de sal a los dientes de ajo y a continuación la retiras, potenciarás su aroma y su sabor. El concepto de desperdicios de cocina es un tema muy polémico y esta receta es un buen ejemplo de ello. Las partes de los langostinos que se suelen tirar, como las cabezas, sirven para potenciar al máximo el sabor de la receta. Por ello, te recomendamos que las presiones con una cuchara durante la fase de salteado para que liberen un jugo muy sabroso que contiene su esencia salada. Al mezclar la pasta con la salsa de gambas, es importante agitar la sartén enérgicamente mientras añadimos, si queremos, una cucharada del agua de cocción de la pasta y un chorrito de aceite. Estos ingredientes, junto con el enérgico movimiento de la cuchara y la sartén, crearán una especie de emulsión con el almidón de la pasta, dando lugar a una deliciosa crema que ligará la pasta con la salsa perfectamente. Al añadirle limón a este plato le conferimos una nota de frescura y un agradable toque de acidez, elementos imprescindibles para una receta equilibrada. Al rallar la piel del limón limítate a la parte amarilla, ya que la capa blanca inferior podría dejar un gusto amargo. Coge un limón que no haya sido encerado y lávalo bien antes de usarlo. Por último, acuérdate de añadirle perejil al final para darle un toque de frescor. El perejil cocido, además de ponerse negro, pierde todas sus propiedades nutricionales. También puedes aprovechar los tallos de perejil, deliciosamente crujientes, para reducir los desperdicios. ¿Sabes por qué las gambas, y el marisco en general, se vuelve rojo al cocinarlo? Es porque su carne contiene varios pigmentos, como la astaxantina. Cuando las gambas están vivas, este pigmento queda oculto por el color de la cáscara.  A altas temperaturas, el calor destruye la capa de proteínas y todos los pigmentos, aparte de la astaxantina, que provocan la aparición del típico tono rojizo con el que estamos familiarizados. 

Versiones

Hay cientos de versiones de la receta de espaguetis con langostinos, empezando por el tipo de marisco utilizado. Puedes usar gambas rojas o gambas violetas, más costosas y caras. Para no cocinarlas demasiado, puedes cortar la carne tipo tartar y añadirla en forma de “croqueta” antes de servir. El beicon con langostinos es un combo perfecto: para añadirle un toque maestro, corta un poco de beicon ahumado en tiras finas y fríelo en la sartén hasta que esté crujiente. Añádele el beicon al plato al final, cortado en trocitos, para deleitar a tus invitados tanto como a ti mismo.