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Descubre cómo preparar churros con chocolate en casa, la famosa merienda española que encanta tanto a grandes como a niños.
Los churros son un platillo típico de la gastronomía española. Los más famosos en España son los churros madrileños, aunque en todo el país pueden encontrarse fabulosas churrerías. A su vez, este dulce se ha extendido a países latinoamericanos, como Argentina, Uruguay, México, Chile y Venezuela, siendo una comida típica en estos lugares, así como también a otros continentes, llegando a Australia, Tailandia y Estados Unidos.
Sin embargo, se estima que sus verdaderos orígenes se dieron en China, ya que allí era típico desayunar unas tiras de masa frita y salada. Los comerciantes españoles y portugueses llevaron esta costumbre, extendiéndola así por toda la península Ibérica.
En Madrid, el desayuno con churros comenzó a ganar popularidad a comienzos del siglo XIX. Su consumo fue creciendo entre la población ya que su costo era muy bajo por aquellos tiempos. Sin embargo, el origen de los churros con chocolate como principal acompañante es un poco incierto, ya que no se sabe con precisión cuándo es que esta combinación fue inventada para convertirse en un desayuno típico español. Algunos sostienen que su nacimiento se dio en la década del 20, aunque puede ser que haya surgido antes. Lo que se sabe es que entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX se dio lugar a una de las combinaciones más sabrosas de la gastronomía, y en esta guía os vamos a contar cómo hacer los verdaderos churros con chocolate.
Para comenzar a preparar estos churros, lo primero que se debe hacer es poner a calentar el agua con la sal. Una vez hierva, añadir la harina mezclada con el azúcar y revolver muy bien con una cuchara de madera. Debe quedar una masa suave que se separe con facilidad de los bordes de la sartén. Dejar enfriar la mezcla.
A continuación, es momento de empezar a calentar el aceite en una sartén donde vamos a freír la mezcla. Para ello, se debe colocar la masa preparada anteriormente en una churrera. Si no se cuenta con una churrera, se puede utilizar una manga de tipo pastelera con punta de estrella, para darle su característica forma.
Con la ayuda de la manga pastelera, colocar los churros suavemente en el aceite caliente, presionando suavemente la manga o churrera. Cada pieza debe ser de aproximadamente de unos 15 cm de largo. Dejar freír los churros, pero procurar no colocar muchos a la vez, ya que se pueden pegar entre ellos y deformarse.
Dorar bien los churros dándoles vuelta para que tengan una fritura pareja. Una vez estén listos, retirarlos de la sartén, drenarlos y dejarlos reposar sobre una fuente o plato con papel de cocina para que retire el exceso de aceite. Se puede espolvorear por encima un poco de azúcar, o también se pueden dejarlos sin azúcar, especialmente si se desea acompañar con chocolate caliente.
Para preparar el chocolate, mezclar en unos 50 ml de leche fría la maicena, y poner a hervir la leche restante y el chocolate negro picado. Se debe revolver bien la mezcla hasta que el chocolate se derrita por completo con la leche.
Dejar la mezcla a fuego bajo para que el chocolate con leche se mantenga hirviendo a su punto mínimo. Verter la maicena previamente disuelta en leche fría, y revolver bien hasta que toda la leche con chocolate y maicena se espese completamente. Esto os puede llevar unos 3 o 4 minutos. Una vez pasados esos minutos, el chocolate ya estará listo para mojar allí los churros.
Como los churros han transcendido fronteras y actualmente son comúnmente consumidos en muchos países de diferentes continentes, la receta clásica ha tenido modificaciones y se pueden encontrar muchas variaciones con diferentes acompañantes.
Por ejemplo, en Marruecos, su receta se asemeja a la de España, pero se suele acompañar con un rico té. En Argentina, donde el dulce de leche es sagrado, comer churros es una tradición y se los rellena con dulce de leche y también con azúcar espolvoreada. Por otro lado, en Brasil se los suele vender rellenos con chocolate, mientras que en Uruguay es más común la versión salada, rellenos con queso. A su vez, en Australia los churros han tenido mucho éxito, y la versión de churros acompañados con salsa de tomate, guacamole y algún picante es una variante típica de ese país. Otro buen ejemplo para comprobar cómo los churros han atravesado costumbres y culturas gastronómicas, es su llegada a países árabes gracias a la intervención de un empresario egipcio, que llevó los churros a ciudades como el Líbano, Dubái y Estambul abriendo una cadena de churros que se ha convertido en todo un éxito. Lo mismo sucedió en Japón que, inspirados en la churrería San Ginés de Madrid, ofrecen churros en formas de corazón con tonalidades rosas, amarillas o azules.
Para lograr unos churros deliciosos y un chocolate perfecto que será el mejor acompañante, existen algunos trucos y consejos que se deben tener en cuenta. Por ejemplo, si se desea obtener un chocolate con mucho aroma y sabor más intenso, se puede añadir, cuando el chocolate ya esté listo, una cucharadita de canela molida y una pizca de nuez moscada.
En cuanto a los churros, es muy importante que no queden crudos por dentro luego de la cocción. Por eso, es clave que se utilice la harina de fuerza para la masa de los churros. Tened en cuenta que no se debe incorporar levadura ni bicarbonato ya que no es necesario en esta receta.
La preparación de la masa de churros debe llevar idealmente agua mineral. Es que dependiendo la zona donde se esté, el agua del grifo puede tener mayor o menor cantidad de cloro. Esto puede dañar la textura de los churros e incluso su sabor.
Si bien se pueden hacer churros de diferentes formas, os recomendamos utilizar una churrera, ya que no solamente permitirá obtener la forma original de los churros, sino que también será más práctico a la hora de su preparación. Además, con una churrera podéis aseguraos que no quede ninguna burbuja de aire al colocarlos en el aceite caliente.
Por último, es muy importante que los churros floten en aceite, es decir que se debe agregar una buena cantidad de aceite en la sartén donde se cocinen, de al menos 3 ó 4 dedos de altura. De esta forma, los churros no absorberán mucho aceite en su interior, haciéndolos menos pesados. Freír en abundante cantidad de aceite es más saludable ya que solo se absorberá la cantidad necesaria y se cocinará mejor. En cuanto al aceite que se debe utilizar, generalmente se usa el de girasol, aunque también se puede preparar con aceite de oliva si es de vuestra preferencia.
Los días más fríos de esta época del año son ideales para hacer en casa unos buenos churros y que estén acompañados de un delicioso chocolate caliente. Ahora que habéis aprendido a hacerlos os animamos a seguir esta sencilla receta para lograr los mejores churros caseros. Si además os gusta mucho el chocolate, no os podéis perder la guía que hemos preparado sobre 10 ideas de bebidas de chocolate caliente que podéis preparar en casa en esta temporada.
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