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Descubre cómo preparar los famosos huevos benedictinos, con salsa holandesa y bacon: ¡un plato imprescindible para cada brunch!
Los huevos benedictinos son un plato infaltable si se quiere hacer un brunch o un buen desayuno. Muy popular entre estadounidenses y británicos, esta preparación es una exquisita y sofisticada fuente de proteínas que se suele acompañar con una tostada u otro tipo de pan, huevos escalfados, algún jamón o panceta y la exquisita y conocida salsa holandesa. Curiosamente, no hay una versión clara y firme sobre su origen y su historia. Quizás, la versión más popular cuenta que los huevos benedictinos nacieron en el Hotel Waldorf, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Se estima que en 1892 un tal Lemuel Benedict que era un corredor retirado de Wall Street habría pedido para su desayuno unos huevos con tostadas, salsa holandesa y bacon, con el fin de encontrar remedio a una fuerte resaca que tenía. Es así como Oscar Tschirky, maitre del hotel, quedó impresionado con la petición de su comensal y preparó el hoy conocido plato, para luego incluirlo en el menú fijo de desayunos, aunque solo con la sustitución de un muffin inglés en lugar de tostadas.
El primer paso para preparar la salsa holandesa, es poner la mantequilla al fuego a baño maría. Se debe dejar que se derrita sin tocarla. En cuanto comience a estar caliente, se podrá ver en la superficie una espuma que se genera y en el fondo de la preparación una especie de capa residual.
En cuanto la mantequilla haya generado la espuma, es momento indicado de retirarla del fuego, y luego eliminar la espuma con la ayuda de una cuchara. La capa blanquecina del fondo se debe desechar en el momento en que se vaya a utilizar la mantequilla. Mientras, en un vaso de batidora colocar un huevo, sal, pimienta negra molida a gusto y la cucharada de zumo de limón.
Colocamos el brazo de la batidora dentro del vaso y batir e integrar todos los ingredientes. Luego, el brazo debe colocarse en posición vertical y continuar batiendo, pero sin mover la batidora, mientras al mismo tiempo vamos de a poco añadiendo la mantequilla clarificada y templada.
Es muy importante que la batidora esté completamente quieta hasta que hayamos añadido toda la mantequilla y esta haya comenzado el proceso de cuajado. En ese momento, ya se puede volver a mover la batidora, mientras se bate un poco más en caso de que sea necesario.
Con la salsa holandesa ya lista, reservar hasta el momento de utilizarla. Es importante tener en cuenta que este tipo de salsa se debe servir caliente o templada, por lo que no se recomienda prepararla de un día para otro o con muchas horas de diferencia entre su preparación y su utilización. Debe ser justo en el momento en que se prepare el plato.
Para la preparación de nuestros huevos benedictinos, lo primero que se debe hacer es untar las rebanadas de pan que se quiera utilizar con mantequilla. Se deben tostar ligeramente en una sartén por ambos lados. Para darle forma redonda al pan tostado, se puede utilizar un molde y con un cuchillo recortar alrededor. Una vez listo, reservamos.
En la misma sartén que se utilizó para tostar el pan, freír ahora las lonchas de bacon. Dejar al fuego hasta que estén ligeramente crujientes para luego retirarlas.
Para preparar los huevos escalfados, colocar el agua y la cucharada de vinagre a hervir en una olla. Cuando esté casi a punto de hervir se debe apagar la olla del fuego. Finalmente, se debe añadir con mucho cuidado para que no se rompan los huevos enteros y abiertos.
Cocinar los huevos en agua hirviendo por 3 minutos. Pasado este tiempo, y con la ayuda de una espumadera, retiramos los huevos y los pasamos a un cazo con agua fría para cortar la cocción de manera inmediata. Es mejor no añadir al agua más de uno o dos huevos a la vez, así evitaremos que el agua se enfríe demasiado así como será más fácil el manejo de los huevos sin romperlos.
Una vez se tienen todos los huevos listos se debe proceder a la preparación del plato. Colocar la rebanada de pan tostado como base, encima ponemos una o dos lonchas de bacon fritas, el huevo escalfado y, para finalizar, una buena porción de salsa holandesa. Los huevos benedictinos estarán listos para servir.
Ahora que habéis aprendido a hacer esta fantástica y deliciosa receta, podéis innovar y hacer algunas variaciones a tus huevos benedictinos. Es que se puede optar incluso por diferentes tipos de panes así como también vegetales diferentes con los que podéis acompañar este plato. Por ejemplo, si habéis probado hacerlos con pan, te sugerimos también probar con los tradicionales muffins ingleses.
En cuanto a los productos a utilizar y cómo combinarlos con estos huevos, una opción fabulosa es la del aguacate maduro junto con una o dos lonchas de salmón ahumado. Si queréis una alternativa más vegetariana, podéis saltear un poco de espinaca en lugar de la panceta o servir el plato con espárragos, que combinan a la perfección con la salsa holandesa. Por supuesto, el agregado de tomate también quedará muy bien y aportará frescura al plato, y se puede decorar al final con un poco de eneldo fresco.
Para decorar este plato y sumarle color, se puede espolvorear la salsa con un poco de pimienta negra o también con unas ramitas de cebollino cortado.
Como una variación que hemos sugerido previamente, aconsejamos probar esta receta con muffins ingleses. En caso de no conseguirlos, se pueden usar en su lugar bagels o unas rebanadas de pan de molde.
En caso de que los huevos no hayan quedado bien poché, probablemente sea porque el agua rompió en hervor o incluso, y también muy probable, porque los huevos usados no fueran frescos. Por eso, os sugerimos siempre utilizar huevos frescos para esta receta y prestar especial atención en que el agua no llegue a hervir antes de colocarlos. Si se cocinan demasiado, la yema empezará a cuajar, aunque también es cierto que hay gente que prefiere los huevos de esta forma. Más allá de esto, lo importante es conocer el punto y sacarlos del agua en cuanto estén listos según el punto de cocción que se busque obtener.
Como habéis podido observar, los huevos benedictinos son un plato fantástico, delicioso y perfecto para desayunos o para hacer un brunch. Si bien parece ser una receta compleja, os aseguramos que no lo es, sino más bien lo contrario. Por otro lado, gracias a la versatilidad que este plato permite, podéis optar por agregar o modificar ingredientes por los que más os gusten, y que combinarán muy bien con la salsa holandesa. Si os interesa conocer más sobre platos con huevo, podéis ver en un interesante video que os dejamos en nuestro sitio sobre todas las maneras de cocinar huevo. Sin dudas, conoceréis muchísimas nuevas opciones que seguirán ampliando el abanico de recetas y platos a preparar.
Batido de fresa
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