El hummus de remolacha ya estará listo para servir. Se puede decorar con un poco más de semillas por encima y un chorrito extra de aceite de oliva.
Consejos y trucos
Preparar un buen hummus de remolacha es muy fácil y rápido, pero también tiene sus truquillos y algunos secretos a tener en cuenta. Por ejemplo, es muy importante que el zumo de limón no contenga semillas, ya que su sabor es muy amargo y si se nos pasan y las trituramos, podríamos arruinar el sabor final de la preparación.
Otro consejo es cortar la remolacha en trozos de tamaño similar para que la cocción sea pareja y no queden restos más crudos de remolacha al momento de triturar los ingredientes. Recomendamos también que, para cocinar las remolachas, primero consigamos que el agua rompa en hervor para luego añadirla. Así la cocción será mucho más rápida, y este es un punto importante de esta receta, ya que este tipo de hortalizas suelen demorar mucho en cocinarse completamente.
Por último, es también muy recomendable conseguir materia prima de calidad, y esto aplica tanto para la remolacha como para los garbanzos, que son la base de este hummus. Y cuando ya hayáis aprendido el paso a paso de esta receta, nada mejor que degustar esta riquísima pasta con un trozo de pan de pita apenas caliente o con chips de vegetales.
Cómo servir el hummus de remolacha
Generalmente el hummus se suele servir como dip para untar otros alimentos, como pan, tostadas o algún chip de zanahoria u otro vegetal, como mencionábamos. En el caso del hummus de zanahoria, su función es la misma, así que podemos recurrir a un recipiente pequeño o plato apropiado para servirlo, y decorar por encima quizás con algunos garbanzos cocidos, alguna hierba aromática de vuestro gusto, o simplemente reforzando con un hilo de aceite de oliva y algunas semillas.