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La limonada, esa bebida cítrica que nos refresca desde hace siglos, en esta receta se reinventa con un toque de dulzura y color gracias a las fresas. Esta combinación irresistible de sabores cítricos y afrutados es perfecta para disfrutar en los días más calurosos: además de ser una delicia para el paladar, aporta una buena dosis de vitamina C y antioxidantes, lo que la convierte en una opción saludable y refrescante.En este artículo, te contamos cómo preparar esta deliciosa variante de la limonada tradicional, para que, al mismo tiempo que te refrescas, deleites el gusto y la vista en esos calurosos días de verano.
El primer paso para preparar esta limonada de fresa es hacer la base de limonada, una especie de jarabe. Mezcla en un cazo agua y azúcar y calienta hasta que el azúcar se haya disuelto por completo. Agrega el zumo de limón y deja enfriar. Con este paso obtendrás el jarabe de limón que te servirá de base para preparar tanto una limonada tradicional como cualquier otra variante que desees. La proporción será de ¼ taza de jarabe de limón por 1 taza de agua.
Licúa las fresas hasta obtener un puré homogéneo.
Mezcla el puré de fresas con el jarabe de limón y agrega agua para obtener la consistencia deseada.
Coloca en una jarra con hielo y trozos de fresas y limón.
Sirve en vasos decorados con una fresa o una rodaja de limón en el borde.
Esta receta es deliciosa tal cual es, pero si quieres darle más intensidad, puedes añadir otras frutas, como frambuesas, arándanos o moras. Quedan muy bien, además, unas hojas de menta fresca, albahaca o romero, para darles un sabor más refrescante y especiado. También puedes ajustar el grado de dulzor, agregando algún endulzante que te guste, como sirope o miel. Si quieres obtener una consistencia granizada, puedes congelar las fresas con anticipación y procesarla congeladas con el resto de los ingredientes.
A quienes les gusten las burbujas, sustituir el agua por agua con gas transformará esta bebida en un refrescante spritzer, perfecto para una tarde calurosa. Si quieres convertir esta bebida en un cóctel sofisticado y ligero, puedes agregar un toque de vodka, ginebra o ron blanco, ideal para acompañar un aperitivo. Si prefieres una textura más cremosa y densa, puedes añadir algunas cucharadas de helado de vainilla o de yogur griego natural. La combinación del frío del helado con la acidez de la fruta creará una experiencia sensorial deliciosa. Para quienes busquen opciones más atrevidas, un toque de jengibre rallado o un chorrito de zumo de lima le aportarán un toque picante y exótico. Y si te gustan las hierbas aromáticas, unas hojas de menta fresca o albahaca realzarán los sabores de tu limonada.
La limonada de fresa casera puede conservarse en la nevera entre 2 y 3 días, aunque lo ideal es consumirla en el momento, para aprovechar todas las propiedades y el sabor de la fruta fresca. Otra opción que puedes probar es la de congelarla en forma de cubitos de hielo, para luego beberla descongelada con lo desees.
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