El queso es un alimento consumido en todas sus formas y variantes a lo largo y ancho del mundo, ya sea elaborado a partir de la leche de vaca, como también de cabra, oveja, u otros derivados. Existen más de 1.800 tipos de queso que se diferencian entre sí por su sabor, su textura, el país de origen y también por el modo de elaboración. Muchos países son importantes productores de queso, especialmente en Europa, que poseen el reconocimiento de denominación de origen, cuya forma de producción está protegida con normas estrictas de preparación que se deben seguir. Desde quesos blandos a duros, de más suaves a más picantes, hay un mundo de sabores en los quesos que vale la pena conocer, y en esta ocasión os contaremos todo sobre el famoso queso manchego.
Historia del queso manchego
El queso manchego es uno de los tipos de queso más conocidos, y se puede afirmar que es el queso por excelencia de España. Para hablar de este queso, debemos remontarnos a varios siglos antes de Cristo. Descubrimientos arqueológicos de algunos utensilios que eran utilizados para la elaboración de quesos estiman que, durante la Edad de Hierro y Bronce (1700 a.C.), ya se elaboraba este queso a base de leche de oveja manchega.
La civilización ibérica criaba ovejas por aquel entonces en los asentamientos de los alrededores de La Mancha, y son las que se consideran antecesoras a la actual raza manchega. Ya los romanos consumían queso en grandes cantidades, lo que fomentó su consumo en todo el terreno hispano, especialmente en La Mancha.
Durante los siglos VIII y XI, toda la región fue experimentando un importante crecimiento económico e impulsando la producción ovina. Los árabes se dedicaban a la explotación de la lana y los manchegos autóctonos, las personas oriundas de La Mancha, a la leche y a la elaboración de quesos.
¿Cómo se elabora el queso manchego?
Con el correr de los años, las técnicas de elaboración se han ido ajustando y mejorando, llegando a la utilizada hoy en día, que consiste en un proceso muy complejo de producción. Si os interesa el mundo de los quesos, os invitamos a seguir leyendo y aprender más sobre cómo se elabora el tradicional queso manchego. Podéis conocer en profundidad el paso a paso de cómo se elabora el tradicional queso manchego.
Variedades del queso manchego
Existen 3 variedades de queso manchego, que se diferencian por el tiempo de curación. El tiempo mínimo es de 1 mes y máximo 2 años.
Queso Manchego Curado
El queso manchego curado es una variedad que se debe dejar madurar entre 6 y 9 meses. Su olor es muy intenso así como también su sabor, que además tiene cierta presencia de frutos secos. Al comerlo, se sentirá un leve picante al final. En cuanto a su color, es oscuro y amarillento.
Queso Manchego Semicurado
El queso manchego semicurado tiene un tiempo de maduración de entre 1 y 3 meses, siendo la variedad de manchego que menor tiempo necesita para estar listo para consumirse. Su textura es más suave y cremosa, y su sabor más delicado con algunos toques más afrutados y notas de gusto a nuez. Al degustar esta variedad no se debe sentir ningún picor.
Queso Manchego Viejo
El queso manchego viejo tiene un tiempo de maduración superior a los 9 meses. Durante su maduración, este queso pierde toda la humedad, lo que hace que su sabor sea muy intenso y picante. Su interior es de color amarillento y caramelizado, y al cortarlo se puede desarmar, debido a la falta de humedad.
La pasta del queso manchego
La pasta del queso manchego se caracteriza por tener una consistencia sólida. En cuanto a su color, va a variar según su tiempo de estacionamiento, y su interior puede ir desde un color blanco, hasta un tono amarillento, sobre todo en aquellos quesos que tienen mayor tiempo de maduración. En su pasta, pueden aparecer orificios repartidos de manera irregular, y en algunos casos no contar con ninguno. Su textura presenta una elasticidad muy baja y un poco granulosa, especialmente en la variedad más añeja de queso manchego. En las variedades con menor tiempo de curación, su sensación puede ser más cremosa y mantecosa.
¿Cómo es el sabor del queso manchego?
Estos quesos se caracterizan por tener un sabor intenso, un poco ácido y muy delicioso. Como hemos mencionado previamente, el sabor del queso manchego puede ser más o menos suave según su variedad y el tiempo de estacionamiento. Puede contener notas afrutadas en la boca, siendo un complemento perfecto para acompañar un buen vino, por ejemplo. Es ideal también para acompañar otras comidas y utilizar como ingrediente para infinidad de recetas o incluso ser el plato principal.
Cómo guardar y conservar el queso manchego
Cuando compramos queso y lo llevamos a casa, siempre tenemos la duda si debe ir o no en la nevera, o si dejarlo en una bolsa, tupper u otro recipiente. Lo cierto es que el queso es uno de los alimentos que más atención requiere cuando de conservación se trata. Es fundamental que sea conservado correctamente para poder explotar al máximo todas sus propiedades y que no pierda su sabor o se modifique. Idealmente, el queso manchego debe guardarse a una temperatura de entre los 5 y 10 grados centígrados, y mantenerlo a un 85% o 90% de humedad. Sin embargo, su conservación es un poco diferente si lo que se tiene es una pieza entera, si es un trozo o si está madurado en aceite. En caso que lo que se quiera conservar sea la pieza entera, lo mejor será que guardes tu queso manchego en la parte inferior de la nevera o en los cajones donde se guardan frutas y verduras. Su tiempo de conservación será de varios meses, siempre y cuando esté envasado al vacío que no sea una pieza previamente cortada. Si has abierto el queso, puedes aún guardarlo en la parte inferior del frigorífico y cubrirlo la parte cortada con papel encerado, papel film o papel aluminio
Si lo que se tiene es sólo un trozo de queso, lo mejor es conservar el queso manchego en pequeños trozos y guardarlo en un recipiente hermético o en un plato cubierto con un paño húmedo. No se aconseja guardarlo en la despensa, ya que de esta forma no se cumple con las condiciones de temperatura y humedad apropiadas. En caso de que ya sepas que vas a comer tu queso en unos pocos días, sólo podrás conservarlo cubriéndolo con papel aluminio.
Para madurar tu queso manchego en aceite, y conservarlo de esta manera, te sugerimos tener listo un recipiente de vidrio o acero inoxidable donde colocar el queso dividido en pequeños trozos. Se debe añadir aceite de oliva virgen extra hasta cubrirlo y guardarlo en un ambiente fresco, que idealmente no supere los 10 grados centígrados. Se recomienda dejarlo almacenado por unos 30 a 60 días en maduración antes de consumir.