La chufa (también conocida como juncia avellanada, nuez de tigre, nuez atigrada, coyolito, alcatufa, belasia, castañuela, chufla, chufleta, cochufas, cotufa, juncia comestible y junco dulce) es el tubérculo o raíz comestible de la planta herbácea cyperus esculentus - que en latín significa “junco comestible” -, de la familia de las Ciperáceas, popularmente conocidas como “juncias”. Se trata de una planta herbácea perenne que crece en tallos verticales, cuyas pequeñas raíces, de color marrón, forma redonda y textura rugosa, tienen un aspecto parecido al de una avellana, de ahí que esta planta se conozca como “juncia avellanada”.
El origen de la chufa se remonta a la prehistoria, aunque la primera referencia histórica data del siglo XV a.C., cuando se hallaron muestras de este tubérculo en un sarcófago egipcio. Según algunos relatos, los antiguos egipcios recolectaban esta planta, que crecía en el margen de los ríos, y consumían los tubérculos cocidos a modo de postre. Sabemos que la chufa era apreciada y venerada por nuestros antepasados, debido a su gran poder curativo para diferentes dolencias y su gran aporte de nutrientes. Según un estudio de la Universidad de Oxford, fue un producto básico en la alimentación de las antiguas civilizaciones, y varias fuentes destacan su uso para fines curativos. La primera definición escrita fue la de Heródoto de Halicarnaso, en el siglo V a.C., que en el tomo dos de Los Nueve Libros de la Historia describe todas las posibles dolencias que trataba la chufa y también señala que con la masa realizada con el tubérculo se obtenían vestidos, zapatos y papel.
Hoy en día, aunque su popularidad sigue estando ligada a la horchata, comienzan a hacerse un hueco en el mercado productos derivados de la chufa, como la harina, que se obtiene mediante la molienda del tubérculo entero. La harina de chufa se emplea en la elaboración de panes y galletas y en muchas recetas más y su uso se está extendiendo por todo el mundo, por ser una harina sin gluten, por sus propiedades nutritivas y por su característico sabor dulce. Si te apetece conocer más sobre este tema, aquí tienes un interesante artículo (¡ojo, está en italiano!) sobre el proyecto crossfood y algunas ideas sobre cómo usar la harina de chufa en la cocina.
Chufa: propiedades y beneficios
La chufa es un alimento nutritivo y energético. Es rico en fibra, por lo que ayuda a combatir el estreñimiento. Además, por su contenido en enzimas lipasa y amilasa, y en almidón y aminoácidos, que ayudan a regular el tránsito intestinal, ayuda a aliviar las molestias intestinales favoreciendo una buena digestión.
Asimismo, posee grasa insaturada y antioxidantes (vitamina E y C), que favorecen una buena salud cardiovascular y disminuyen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
También es interesante su contenido en hierro, para prevenir la anemia, y su contenido en aminoácidos, principalmente el aminoácido arginina, que es esencial para fortalecer el sistema inmune en adultos y para el desarrollo del mismo en niños pequeños. La arginina también es útil a la hora de mejorar la circulación y la presión sanguínea, ya que estimula la producción de óxido nítrico con la consiguiente vasodilatación.
Por último, posee un efecto saciante gracias a su alto contenido en fibra, con lo cual se recomienda en dietas de adelgazamiento.
Chufa: información nutricional
Valor nutricional (por cada 100 gramos):
Hidratos de carbono: 42,5 g
Grasas: 23,7 g
Proteínas: 6,1 g
Calcio: 69,5 mg
Hierro: 3,41 mg
Fósforo: 232,2 mg
Potasio: 519,2 mg
Fibra: 17,4 g
Calorías: 409 kcal
¿Qué sabor tiene la chufa?
Las chufas tienen un sabor terroso, almidonado y dulce, similar al de las nueces. Se pueden consumir en crudo, previa hidratación, como snack o aperitivo, al igual que los frutos secos, aunque su principal uso sigue siendo para la elaboración de bebidas, principalmente la horchata.
Horchata de chufa
La horchata de chufa es una bebida natural y refrescante característica de la Comunidad Valenciana, que se distingue por su color blanquecino, su textura densa y su especial dulzor con un punto amargo. Se elabora con chufas hidratadas o molidas, agua, azúcar, cáscara de limón y canela.
La chufa se cultiva en dieciséis municipios de la comarca de L'Horta Nord, conocida como “l’horta valenciana”, donde se dan las condiciones ideales para su cultivo, siendo, de hecho, la única zona de España donde se cultiva. Desde 1995 Chufa de Valencia es una Denominación de Origen Protegida que identifica la chufa que se produce en estos dieciséis municipios de la Comunidad Valenciana.
Se trata de una bebida muy fácil de preparar en casa. Con esta receta aprenderás cómo preparar una horchata de chufa riquísima y en tan solo veinte minutos. Y si te interesa saber más sobre las alternativas a la lecha de vaca, aquí te mostramos cómo hacer leche vegana y leche de almendras en casa.
Harina de chufa
La harina de chufa es una alternativa saludable a otras harinas, ya que no tiene gluten y posee propiedades muy beneficiosas para la salud, además de ser muy versátil en la cocina. De hecho, con la harina de chufa se puede elaborar un sinfín de recetas tanto dulces como saladas: pan, galletas, muesli, tartas, bizcochos, magdalenas, crepes, rebozados, salsas, batidos… e incluso tortillas, ya que la harina de chufa se puede usar como sustituta del huevo en recetas veganas.
¿Por cuánto tiempo se pueden guardar las chufas?
Para conservar las chufas en perfecto estado, hay que escoger un sitio bien ventilado y evitar el uso de bolsas de plástico. De esta forma, se conservarán incluso hasta dos años.