El ajo es un tubérculo muy utilizado en la gastronomía, y que habitualmente sirve como base de muchas preparaciones y recetas, ya que no sólo es muy saludable sino que también aporta un sabor particular en muchos platos. Pero no solamente se utiliza como ingrediente sino que existen recetas donde los ajos son el componente principal, tales como el sofrito de ajo o la sopa castellana, conocida también como sopa de ajo.
Uno de los secretos para aprovechar al máximo los ajos es conservarlos y almacenarlos adecuadamente, para que no se echen a perder rápidamente. Aquí os vamos a contar sobre algunos métodos para que vuestros ajos duren más tiempo.
Cómo conservar ajos frescos
La mejor manera de conservar los ajos por más tiempo es manteniéndolos frescos, ya que además de esta manera no pierden sus propiedades, su calidad y su sabor original. Es muy importante cuidar que los ajos no estén expuestos a determinadas condiciones, tales como la luz directa del sol o la humedad. Almacenarlos en lugares con poca ventilación de aire tampoco favorece a su conservación.
Algunas de las recomendaciones clave para conservar los ajos frescos tienen que ver con su calidad, su limpieza y la selección del lugar donde se almacenarán. Por ejemplo, los ajos de mejor calidad se distinguen por tener una textura firme y por estar cubiertos por piel seca. Por el contrario, no es aconsejable comprar ajos que presenten algunos brotes, aunque sean incipientes, o que estén un poco arrugados o amarillos. Si veis que los ajos que están en la tienda tienen una textura más bien blanda, también hay que descartarlos, ya que se echarán a perder más rápido.
Es importante también seleccionar un espacio adecuado para guardar los ajos. Idealmente debe ser un sitio fresco, seco, ventilado y oscuro. Nunca guardéis los ajos en el refrigerador así como tampoco los dejéis expuestos a la luz solar. La temperatura ideal para mantener los ajos frescos es 15ºC, y si podéis conseguir un coservador de ajo, mucho mejor. Hay de muchos tipos, como por ejemplo unos envases de cerámica con agujeros que favorecen la ventilación, u otros similares a unas canastas de malla o alambre, diseñados también para que los ajos se mantengan frescos y secos.
Por último, otro aspecto clave tiene que ver con la limpieza. Además de lavar bien los ajos antes de guardarlos, especialmente si los habéis recogido directamente de la tierra, es muy importante secarlos bien. No olvidéis que la humedad es una de las principales enemigas de este tubérculo. Hay quienes también cuelgan los ajos para que se sequen bien antes de guardarlos, sobre todo cuando los habéis cultivado vosotros mismos y tenéis una cantidad importante.
Consejos para conservar el ajo y que dure más tiempo
Si los ajos se almacenan de manera correcta, duran más tiempo ya que no sólo demoran más en echarse a perder, sino que también conservan sus propiedades y su sabor. Los ajos pueden permanecer intactos por aproximadamente 6 meses.
Además de lo que ya mencionamos, existen también algunos trucos para que su conservación se prolongue en el tiempo. Por ejemplo, cuando los dientes de ajo se separan entre sí, el tiempo empieza a correr, entonces lo mejor es guardar el bulbo completo hasta cuando estemos seguros de que lo vamos a empezar a utilizar. Almacenar los ajos trenzados también alarga la vida útil de los mismos, y si tenéis más tiempo, una buena manera de conservar los ajos es separar los dientes y pelarlos, pero guardándose luego en un frasco de cristal, cubiertos completamente con aceite. Se trata de un proceso similar a una conserva, pero que no agrega sabor, ayudando a mantener no sólo el gusto original del ajo, sino también su textura y firmeza.
¿Cómo guardar ajo en el freezer?
Otra manera de conservar los ajos para que duren más, y que muchas personas desconocen, es guardarlos en el freezer, es decir, congelados. De esta manera, los ajos pueden llegar a durar entre unos 10 y 12 meses, sin perder ninguna de sus características. Si optáis por esta forma de almacenamiento, cuando lo cocines no notarás ningún cambio.
Los ajos se pueden guardar en el freezer ya sea enteros o picados, así como también se puede congelar una pasta o un puré de ajo. Para guardar los dientes de ajo enteros, lo primero que hay que hacer es pelarlos y quitarles los tallos. Luego hay que colocarlos en una bolsa plástica apta para freezer, idealmente que posea un sistema de cierre hermético. Al cerrar la bolsa es importante cuidar que no quede aire dentro. Y al momento de llevar la bolsa al freezer, recomendamos anotar la fecha de guardado, para recordar más fácilmente su caducidad.
Si en cambio optáis por congelar el ajo picado, una buena manera es almacenarlo y congelarlo como si fueran cubitos de hielo, de manera tal de tener una porción ya lista para descongelar y cocinar. Además de prepararlos adecuadamente, tal como si se almacenaran enteros, hay que luego picar los ajos con la ayuda de un cuchillo o de un procesador de alimentos. Luego, simplemente se colocan en un bandeja para cubos de hielo, llenando cada compartimento, y se cubre la bandeja con una bolsa de plástico apta para freezer, cuidando que no quede aire en su interior.
Siguiendo estos trucos y consejos vuestros ajos estarán listos para usar, frescos y sabrosos, cuando los necesitéis.